Hablamos mucho del cuarto del bebé, ¿pero qué pasa cuando crece? Para que el niño se sienta identificado con el espacio este debe estar personalizado y pocas veces pensamos en ello.

Se necesita tiempo, recursos y mucha creatividad a la hora de decorar el espacio para que los peques se sientan libres, seguros y en su propio mundo; un espacio donde los pequeños puedan, sentirse seguros, descansar, jugar libremente y desde luego que los inspire a imaginar y crear.

¡A crear hogares para cada uno!

Lo primero que se debe tomar en cuenta es la edad del pequeño que ocupará la habitación, pues dependiendo de la etapa de crecimiento en la que se encuentre tendrá distintas necesidades. Los más pequeños requerirán espacios amplios para jugar, mientras que los mayores deberán tener una zona de estudio.

La paleta de colores de la habitación es uno de los factores más importantes. De acuerdo con especialistas en psicología infantil, los colores en el entorno tienen una gran influencia en el desarrollo del niño. Se recomienda el uso de tonalidades frías y pasteles como azul, verde o lila ya que estos generan una sensación de calma y paz. Otra buena opción es el amarillo ya que es luminoso y estimula el intelecto de los pequeños.

En cuanto a la elección de mobiliario para la habitación los principales factores a considerar son calidad y resistencia. Se recomienda adquirir muebles con sistemas de frenado y autocierre, ya que estos aseguran una alta durabilidad y son muy seguros, pues evitan que los niños puedan sufrir accidentes. Además es recomendable pensar en muebles que sean adecuados a su medida y que su uso pueda adaptarse con el paso del tiempo.

El almacenaje es otro elemento relevante, pues los niños conforme van creciendo necesitarán más espacio para almacenar ropa y juguetes. Lo ideal es colocar cajones amplios bajo las camas o en estanterías, esto permitirá que los pequeños aprendan a ser organizados. Una buena idea es marcar los contenedores para que los niños sepan en qué lugar va cada cosa.

Para que los niños se sientan identificados con la habitación que ocupan esta debe tener algún tipo de personalización. Algunas ideas es pintar un mural que represente al dueño de la habitación, poner un letrero con su nombre en algún lugar visible o colocar un tablero decorativo en el que el niño pueda colocar dibujos, fotos, notas, etc.

Como verás, es todo un arte que si bien realizamos de manera empírica, qué mejor que ser asesorados por profesionales.

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¡Suerte!