La familia política: ¿pesadilla o bendición?
Aunque no quieras creerlo, sí te casas con tu familia política. Esas personas estarán constantemente en tu vida (algunas veces más cercanas que otras) y tienes que abrirles las puertas de tu hogar… al menos de vez en cuando.
La verdad es que cada quien habla como le va en la feria y no a todas les toca una mala relación.
Lo primero que debes de ver es qué haces tú: cómo los tratas, recibes, incluyes. Ahí sí no te queda de otra que aceptar que ya son parte ¡de tu familia! Hay que construir una relación con ellos, es poco probable que de la noche a la mañana se construya de manera sólida, pero ¡sí se puede!
Casos de familia política
Si tus suegros son súper pegados y tú necesitas distancia, no los cortes sino sé más lista: inclúyelos de manera digital. Una idea es hacer planes con la familia con antelación, así que cuando quieran “caerles”, tú ya no estarás disponible.
En caso de que tengas unos que son metiches y criticones, tendrás que tener buen estómago porque es complicada esta relación. Esto tendrás que hablarlo directamente y decirles, sin enojo, que no te parecen los comentarios pues te sientes juzgada y no entienden tu realidad.
Los suegros impositivos suelen ser muy complicados, más cuando no te queda de otra que pedir ayuda para cuidar a los niños (por ejemplo). Estos son los que “se pasan por el arco del triunfo” tu tipo de crianza y las reglas del hogar. Trata de hablar con ellos para explicarles que los niños se confunden con tanta incongruencia y que al final, ellos son apoyo nada más. Quizá te veas en la necesidad de alejarlos un poco porque… son mala influencia para tus niños. Pero esto también aplica a la manera en que llevas tu casa hasta en cómo la tienes decorada y organizada y no se quedan en la crítica: hacen algo al respecto.
¿Y qué decir de los cuñados que te hacen la vida de cuadritos? Hay unos que son “plasta” y se aprovechan de tu nobleza. Hay cuentos de cuñadas que son unas brujas y siempre arruinan la fiesta. Quizá esta es una relación más fácil que tratar que con los suegros.
La clave es la comunicación con tu pareja, aunque a veces nos da miedo tocar estos temas tan delicados. Si tu pareja te apoya, estás del otro lado. Ya sabemos que es su familia y estará contra la espada y la pared. Él es parte de un equipo que ahora hace contigo y tendrá que ponerles un alto… pero también, tú tendrás que aceptar que él viene con todo y paquete. ¡Ni modo!