Grasas sanas = Bebés brillantes
Por la Dra. Christine Wood, Pediatra, autora de “Cómo hacer que los niños coman bien y ¡les encante!” www.kidseatgreat.com
Uno de los nutrientes que ha recibido atención en la leche materna, por su papel en la mejoría del desarrollo del cerebro del lactante, es una clase de ácido graso esencial (AGE) llamado grasas omega-3. Estas grasas benéficas son ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga y dos de ellos han sido estudiados en los lactantes: el ácido docosahexaenoico (ADH) y el ácido araquidónico (AAR). Contrario a la creencia popular, el cuerpo sí necesita de las grasas. Sin embargo, éstas deben ser del tipo correcto.
Comparemos el cerebro del adulto con el cerebro fetal.
- El cerebro adulto constituye alrededor de dos por ciento del peso corporal total y utiliza 20 por ciento de la energía total.
- El cerebro fetal constituye alrededor de 16 por ciento o más del peso corporal y utiliza 70 por ciento de la energía para el crecimiento.
El cerebro está hecho de alrededor de 60 por ciento de grasa. Las grasas requeridas para los nervios que se encuentran en el cerebro son principalmente ADH y AAR. Debido a que la leche materna está constituida en 40 a 50 por ciento de grasa, vemos como la madre naturaleza puso los componentes correctos para el desarrollo cerebral.
Existe una aceleración del crecimiento del cerebro del menor desde el último trimestre del embarazo hasta los 18 meses de vida. Durante este periodo, el ADH se acumula rápidamente en el cerebro del menor. La acumulación de esta grasa depende de la ingesta de este importante nutrimento por parte de la madre embarazada. Después del nacimiento, si la madre lo alimenta con el pecho, la cantidad de ADH en la leche materna dependerá nuevamente de la ingesta de este nutrimento. El ADH se encuentra en grandes cantidades, en los pescados grasos (como atún, macarela, anchoas, salmón, arenque y sardinas) y en la linaza, aceite de linaza, aceite de canola, aceite de pescado y aceite de nuez. Desgraciadamente, existe una creciente preocupación acerca de que actualmente nuestros pescados están contaminados con mercurio, el cual puede ser perjudicial para el desarrollo del cerebro del infante. Los estudios han mostrado que la exposición al mercurio de lactantes y niños pequeños puede causar problemas de atención, aprendizaje y conducta.
Los investigadores han descubierto la importancia de diferentes grasas sobre el desarrollo cerebral del lactante. El énfasis de investigaciones recientes se aplica a conocer cómo estas grasas afectan la atención, la capacidad de solución de problemas, el IQ y la función visual. Considere estos estudios:
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- El ADH parece ser importante en el desarrollo visual de lactantes prematuros.
- Un estudio proveniente de Australia, mostró que el suplemento de la fórmula de lactantes con un omega-3, mejora la función visual hasta el nivel encontrado en los lactantes alimentados al seno materno.2
- Otro estudio, mostró que el suplemento de la fórmula con ADH y AAR desde el nacimiento hasta los cuatro meses de edad, dieron como resultado calificaciones de resolución de problemas, más altas, a los 10 meses de edad.
- La mejoría de la inteligencia y el desempeño académico de los bebés alimentados al seno materno comparado con los bebés alimentados con fórmula, puede explicarse parcialmente por el aumento de contenido de ADH de la leche materna.
- Como se puede observar en el cuadro de Ácidos grasos esenciales: beneficios y recursos alimentarios, existen otros estudios en el rol de grasas esenciales para la salud de adultos y niños.
Si estás embarazada o lactando, debes asegurarte de incluir estas grasas en tu dieta. Busca fuentes alimentarias como las enlistadas en el cuadro, y se generosa con las formas vegetales de esta grasa (nueces, aceites, linaza y frijol). Mis recomendaciones son: una cucharada de linaza y suplemento de aceite de pescado con ADH y AEP (ácido eicosapentaenoico). El omega-3 total como aceite de pescado (ADH más AEP), debe sumar alrededor de un gramo al día. Se recomiendan ambos porque el aceite de linaza tiene un componente que se convierte en AAR, el cual también es parte importante de las grasas esenciales para el cerebro del lactante.
Si tu bebé se alimenta con fórmula, debes tomar en cuenta que la mayoría de las fórmulas actualmente contienen estos ácidos grasos esenciales. El ADH y AAR se han aprobado recientemente para su uso en fórmulas para lactantes en los Estados Unidos. La British Nutrition Foundation y el Joint Expert Commitee on Human Nutrition of the United Nations Food and Agriculture Organization (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han recomendado que se incluya ADH y AAR en todas las fórmulas de lactantes. Los estudios muestran beneficios particulares para los bebés prematuros en su desarrollo cerebral y agudeza visual.
Los lactantes y niños pueden recibir con seguridad estos ácidos grasos esenciales en la forma de aceite de linaza y otras fuentes alimenticias enlistadas. La mayoría de los niños no comen mucho pescado, de manera que su ingesta de estas grasas esenciales puede ser muy baja, así que, agregar suplementos a su dieta con estas grasas puede ser benéfico para su sistema inmune y cardiovascular.
En general, estas grasas son algo que todos deberíamos tomar en alguna forma, ya que nuestra dieta hoy en día ha cambiado y generalmente contiene un alto nivel de grasas que no son buenas para nuestro cuerpo y no ingerimos suficiente de estas grasas esenciales buenas. Si iniciamos a los lactantes desde antes de que nazcan, les ayudaremos a ¡iniciar bien su vida!
Ácidos grasos esenciales: beneficios y fuentes alimentarias
Posibles beneficios de salud de los ácidos grasos esenciales
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- Disminuye los niveles de colesterol sérico y triglicéridos.
- Disminuye la presión arterial.
- Disminuye el riesgo de cardiopatía y muerte por enfermedad cardiaca.
- Mejora los síntomas de los pacientes con artritis reumatoide.
- Reduce la frecuencia y gravedad de las migrañas.
- Mejora la visión, especialmente la visión nocturna.
- Puede ayudar a prevenir y detener el crecimiento de cáncer de mama, colon,próstata y páncreas.
- Posiblemente disminuye el riesgo de enfermedades autoinmunes como
- esclerosis múltiple, artritis reumatoide y diabetes.
- Mejora las condiciones de la piel, como eczema y psoriasis.
- Mejora el funcionamiento pulmonar en los asmáticos.
- Puede ser benéfico para niños con trastorno por déficit de atención.
Fuentes de grasas omega-3
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- Utiliza aceite de canola (busca aceites de canola “empacados en frío” o “no refinados”, los cuales tienen más antioxidantes y flavonoides) o aceite de oliva (el aceite de oliva extra virgen tiene más omega-3 y menos omega-6) en las recetas que requieren aceite vegetal. El aceite de canola debe refrigerarse.
- Utiliza aceite de linaza. Éste debe refrigerarse y agregarse a los alimentos ya cocinados (como pasta o verduras cocidas), puede agregarse al yogur o al puré de manzana. No puede cocinarse este aceite.
- La linaza entera o molida puede espolvorearse sobre los cereales, yogur o ensaladas y agregarse a la masa para pan, panquecillos, hot cakes y pasteles. Debe refrigerarse o congelarse.
- Las nueces de castilla son ricas en grasas omega-3 y contienen 90 por ciento de grasas no saturadas.
- El pescado con grasas esenciales incluye salmón, macarela, lenguado, sardinas, trucha, anchoas y arenque. El pescado que ha sido cultivado tiene menos ácidos grasos omega-3, debido a que no se han alimentado con una dieta natural.
- Una buena fuente tanto de omega-3 como omega-6 son los frijoles bayos, negros, de soya y el aceite de soya.
Precaución con el pescado durante el embarazo y la lactancia
Las mujeres embarazadas y en lactancia deben tener precaución al agregar pescado a su dieta, debido a la creciente preocupación de contaminantes en el pescado que pueden dañar el desarrollo del cerebro de los lactantes. Se puede encontrar mercurio en cantidades significativas en los pescados. Las recomendaciones actuales son comer pescado depredador no más de una vez al mes, mientras estás embarazada.
La Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos ha publicado advertencias acerca del mercurio para pez espada, tiburón y macarela y previene a las mujeres embarazadas o lactando que los eviten. Sin embargo, las revisiones científicas muestran que el atún y otras especies grandes de pescado pueden tener cantidades significativas de mercurio como para ser peligrosas en el desarrollo del cerebro de los lactantes. De manera que ¿cuál es la mejor forma de obtener esas grasas benéficas durante el embarazo y la lactancia? Los suplementos de pescado parecen ser más seguros, pero algunos suplementos de aceite de pescado están contaminados con pesticidas y metales pesados como el mercurio. Verifica con la compañía fabricante de suplemento si hacen escrutinio en busca de éste.
Fuente: Clínica Mayo Revista Bebé Ed. 26
Referencias:
1.Birch DG, BorchEE et al. Tenital development in very-low-birth-weight infants fed diets differing in omega-3 fatty acids. Invest Opthalmol Vis Sci. 1992;33:2365-2376.
2.Makrides M, Neumann MA, Gibson RA. Are long-chain Polyunsaturated fatty acids essential nutrients in infancy? Lancet. 1995;345:1463-1468.
3.Willatts P, Forsyth JS et al. Effect of long-chain polyunsaturated fatty acids in infant formula on problem solving at 10 months of age. Lancet. 1998;352:688-691.