Cómo ser un buen papá
A veces no se tuvo uno y entonces viene el terror: ¿cómo ser un buen papá si yo carecí del ejemplo?
La figura paterna
Ciertamente hay muchos niños que crecen sin una: hijos de madres solteras, padres que trabajan lejos o simplemente padres ausentes. Pero aunque no esté, está.
Según la Universidad de los Andes, la ausencia del padre afecta la salud y el bienestar de los niños y “puede manifestarse en trastornos emocionales, comportamiento, rendimiento escolar, problema de relaciones con los pares, dificultades en la salud física e incluso, pueden afectar el vínculo con la madre”.
Actualmente se habla de que la figura paterna es indispensable “como una principal figura de apego secundario”. “El papá es quien brinda flexibilidad, variación y enriquecimiento a la forma en que el niño o niña se relacionará con el resto en el futuro, otorga las herramientas para enfrentar y resolver los problemas, los modelos para ir generando su propia identidad”, asegura el especialista Alfonso Correa, jefe de la Unidad de Psiquiatría Infantil de Clínica Alemana, en su página web.
Se dice que este es el ejemplo que toman tanto niños y niñas de lo que es ser hombre, la masculinidad.
Papá es súper héroe y esta figura se mantiene hasta la adolescencia, cuando se descubre que es un ser humano.
Y aquí viene el conflicto: ¿cómo ser un buen papá si no se tuvo uno (o al menos uno bueno)? Tu historia es tuya y no estaría mal tratarla en terapia, todo eso que te duele (o dolió) de tu propio padre. Pero no te preocupes, sí puedes ser un padre, empezando desde cero. Si quieres saber, toma nota:
- Haz tu mejor esfuerzo, pero acepta que no eres perfecto. No tengas expectativas tan altas sobre tú como papá y ellos como hijos. Recuerda que las revistas son imágenes posadas, nada más.
- Se vale abrazar y decir “te amo”. No dejes a mamá las muestras de amor, ¡también necesitan las tuyas! No reprimas tus emociones y enséñales cómo expresar las suyas.
- Escucha y expresa. Para el pequeño es indispensable saberse y sentirse importante para papá, y la comunicación es básica para la cercanía. Escucha sus anécdotas, sus intereses, ¡apréndete el nombre de su caricatura favorita! Que sienta que lo que él o ella hace y es, cuenta.
- Tiempo de calidad. Se dice mucho y no por ser una frase popular deja de ser cierta. Trata de pasar tiempo con todos tus hijos, en conjunto y en lo individual. Si no puede ser todos los días, al menos un día a la semana para tener tu tiempo con él o ella. Y deja el celular lejos.
- Sé un buen ejemplo. Como decimos arriba, eres referencia de lo que es ser un hombre. ¿Eres protector, respetuoso, amoroso, fuerte? Eso será para tu hijo cómo ser hombre. Es muy importante cómo tratas a su madre… ¡aunque ya no estén juntos! Las acciones hablan mucho más que las palabras.
- Enséñales. Hay cosas que queremos aprender de papá y no tanto por estereotipar sino porque nos gusta verlo con un martillo, su caja de herramientas y ¡jugar con él! Pero también puedes enseñar a tender una cama o cocinar, el chiste es que si sabes algo: ¡enséñales!
- Educa y pon límites. No, no eres amigo, eres el padre. Los pequeños necesitan guías, pautas y disciplina para forjar su personalidad.
- Está para ellos pero no sobreprotejas. Déjalos experimentar pero si se caen o equivocan, abrázalos y enséñales a superarlo. Es muy importante que sepan que la frustración existe y que no pueden tenerlo todo.
- Da elogios. Felicítalo por sus logros, sus triunfos.
- Sé flexible. Quizá no tengas con qué compararte, pero si eres demasiado rígido podrás asfixiarlos mientras si eres muy laxo, podrías criar tiranos. Hay que ser flexible pero poniendo límites.
Está bien querer ser un buen papá aunque no hayas tenido un buen ejemplo tú. Es posible y como todo, se requiere de amor y dedicación, ¡cada día!