Sus primeros zapatitos
Todos los hemos visto: esos zapatitos divinos, que parecen más bien llaveros… pero, ¿para qué le sirven si no caminan?
“Según un estudio, casi el 70% de los adultos presentan problemas en los pies de los cuales, se atribuyen muchos a calzado inadecuado cuando eran pequeños”.
Entendiendo los pies
¿Sabías que los de los bebitos tienen 26 huesos? Pero hasta los 3 años, es cartílago en formación. Igual que el resto del cuerpo, los huesos de los pies crecerán hasta llegar a un tope en la adolescencia. Por eso, necesitan zapatitos que les den el espacio adecuado para no lastimarse y que puedan crecer “a sus anchas”.
Si te fijas, sus pies tienen una capa de grasa en la planta, ¡por eso nos dan tanta ansia y queremos morderlos! Pero esa grasita puede causar piel plano. El puente del pie se forma al ganar músculo en esta zona. ¡Sí, por eso hay que ponerlos a caminar!
Pero, ¿con zapatitos? Ya hemos comentado que es bueno que anden descalzos, pues así también es una forma de conectarse con la tierra, además de aprender a sentir texturas y, claro, a que el pie se forme bien. Para salir a la calle puedes elegir calzado que tenga suela acolchonadita y no le apriete.
Ya que empiece a caminar, al mes y medio o dos de hacerlo, puedes cambiar a una suela más firme.
El tamaño ideal es que no apriete sus dedos pero que le sujete bien el talón. Si ves que el pie “se va” hacia delante, no es el zapatito adecuado. Esto sucede con muchas sandalias y pueden tropezarse, pero también en piezas cerradas y podrían lastimarse la puntas de sus dedos.
¿Por qué anda de puntas?
Esto les ayuda al equilibrio, pero debemos de estar cuidado de que no lo hago un hábito. Si ves que siempre lo hace, mejor llévalo con un ortopedista para que no tenga problemas en sus músculos más adelante.