¿Mamá primeriza? Seguro has pasado por esto
Es tu primer bebé y estás cargada de información… o no. Quizá andas muy tranquila, sin pensar demasiado en lo que viene, vives el día a día. Pero si estás en un lugar de “susto permanente”, seguramente has pasado por:
- A todo. ¿El bebé respira? ¿Estará cómodo? ¡Que nadie más lo toque!
- ¿A quién le pides ayuda? ¿Será cierto lo que te recomienda el pediatra? Tanta información te confunde.
- ¿Seré una buena madre? ¿Mi marido seguirá queriéndome? ¿Algún día volveré a sentirme “yo”?
- Obsesión. A la limpieza o al silencio o a la oscuridad.
- No solo físico, también emocional. Quieres dormir pero no sientes confianza de que alguien más se haga cargo.
¡Sal victoriosa!
Poco a poco tomarás la confianza necesaria para enfrentar tu nueva vida. Mientras, puedes hacer ejercicios para no estresarte (y contagiar a los demás).
- Lee pero no te “sobre informes”. Si lo haces, estarás más confundida y temerosa. Elige las que consideres fuentes confiables y apégate a ellas.
- Confía en tu médico. Si te lo han recomendado tanto, será por algo.
- Busca productos que te ayuden, por ejemplo: una cuna y almohadones especiales te darán tranquilidad de que está a salvo durante el sueño.
- Arma tu tribu. En lugar de escuchar los consejos de tus mil tías, arma el grupo de mujeres sabias que quieres que entren a tu cabeza. No tienen que ser familiares, necesariamente.
- Date un tiempo para ti. Si puedes, haz Yoga o corre… ¡o duerme! Busca ayuda en tu red: con tu marido, vecina de confianza, mamá, mejor amiga o nanny.
- Poco a poco irás manejando el estrés, pero no te exijas demasiado, es NORMAL estar asustada. Si lo necesitas, pide ayuda y ve paso a paso. Disfruta esta etapa porque es cierto: no regresa.