La dentición en los bebés
Los especialistas dentales de niños recomiendan visitar al dentista tan pronto les brote un diente para poder detectar anomalías con tiempo para corregirlas. Si no lo has hecho agenda una visita para que revisen los dientes de tu bebé y puedan darte un cuidado preventivo temprano.
La dentición, es decir el brote de dientes de leche en las encías del bebé es un período especialmente difícil para él y para ti también.
El proceso de dentición
La generalidad de los bebés empiezan con la dentición a los 5-6 meses, sin embargo puede haber bebés que inicien a los 3 o tarden hasta los 7 meses.
Los primeros dientes que aparecen son los de abajo, en el centro de la boquita del bebé, al mes más o menos, suelen salir los de arriba y luego los laterales de abajo y arriba.
Pasadas varias semanas, brotan los molares que les ayudarán a triturar la comida. Finalmente saldrán los colmillitos superiores.
La mayoría de los bebés tienen un promedio de 20 dientes de leche al cumplir 3 años.
Pocas veces los bebés nacen con uno o dos dientes, pero los hay. Revisa que no interfieran en su alimentación.
Al empezar a salir los dientes, los bebés babean más que lo normal y buscan frotarse las encías con cualquier cosa (barrotes, juguetes, tu mano…)
A algunos les encanta morder porque sienten alivio a la comezón que sienten en sus encías. Para algunos bebés el proceso es doloroso y lloran mucho, además de dejar de dormir porque están inquietos.
Las encías se inflaman, están muy sensibles y tal vez enrojecidas. En ocasiones les sube la temperatura y en ocasiones se presentan diarreas. Lo mejor como siempre es acudir al pediatra. El será el indicado para decir si recomienda o no darles una mordedera ligeramente fría para adormecer las encías o simplemente darles un pedazo de pan duro para que se tallen un poco.
Hazte la vida fácil
- Limpia la carita del bebé con una toallita suave para que la babita no irrite su piel.
- Frota las encías del bebé con un dedo especial de plástico que venden en las farmacias. Lávalo bien y desinféctalo antes de utilizarlo.
- Nunca le frotes con alcohol las encías ni tampoco le des aspirina. Consulta a tu pediatra o bien a un dentista especializado en bebés.
- Dale a tu bebé algo que pueda morder. Asegúrate que sea lo suficientemente grande para que no se lo trague, pero lo suficientemente pequeño para que no se asfixie con él. Checa que no se desmorone o fragmente en pedacitos pequeños que pueda tragar (una toallita húmeda ligeramente fría puede ser útil). Evita comprar aros o mordederas con líquido en el centro, ya que corren el riesgo de reventarse si el bebé los muerde muy fuerte.
- Darle galletitas especiales para dentición es adecuado solamente para los bebés que ya se alimentan con papillas. Cuando le des una galletita vigila.
- Evita colgarle al bebé algún objeto ya que sería muy riesgoso que se enganchara con algo y se estrangulara que no se vaya a ahogar.
La limpieza de los dientes del bebé
Las caries actúan en los dientes del bebé como lo hacen en los de los adultos, por lo que es muy importante que se los cuiden desde que nacen.
Un buen consejo para que no se piquen los dientes cuando son bebés es no dejarlos dormir con el biberón ya que los azúcares de la leche pueden causarles caries.
Cuando son bebés, lo mejor que puedes hacer es limpiarles los dientes con una gasita limpia y húmeda (con agua pura) todos los días. Cuando puedas cepíllaselas suavemente con un cepillo de cerdas para lactantes (no utilices pasta).
Cuando han brotado los primeros dientes, cepíllaselos con agua y un pizco de pasta de dientes con flúor. Procura hacerlo por lo menos dos veces al día.
Poco a poco incrementa la cantidad de pasta pero ten cuidado de que no se la traguen los niños porque el flúor es dañino en cantidad. Enséñalos a escupir toda el agua que utilizan para enjuagarse.