El cambio de pañal
La frecuencia para cambiar el pañal al bebé debe responder a tener la zona de las pompis siempre seca para evitar irritación en la piel, rozaduras y la aparición de hongos.
En la mayoría de los bebés se va estableciendo una rutina de cambio de pañal a los pocos días de nacido que puede ser tan pronto el bebé se despierta para comer y está mojado o bien cuando termina de evacuar porque ha sido amamantado y está listo para volverse a dormir. El promedio diario de pañales en bebés recién nacidos a 3 meses es de 8 por día, pero varía de bebé a bebé.
Es aconsejable utilizar pañales de acuerdo con la etapa (peso y edad) en la que esté el bebé porque están diseñados para recibir y absorber rápidamente mayor o menor cantidad de humedad en las distintas áreas que lo forman para mantener la piel seca y libre de bacterias.
Basta con utilizar agua para limpiar la zona del pañal y luego secarla bien, o utilizar toallitas húmedas comerciales, cuidando que los productos que las impregnan, no alteren la piel del bebé.
No hace falta ponerle crema protectora al bebé si no tiene rozaduras, ni abusar de su uso cuando haya necesidad de aplicarla. Evita las cremas que contengan corticoides, antimicóticos y antibióticos. Si la piel se enrojece, conviene dejar al bebé un par de horas sin pañal, envolviéndolo en una cobijita de algodón. Si no mejora, proceder a utilizar una crema protectora a base de óxido de zinc.
Los pañales desechables
Los pañales desechables son los más utilizados en la actualidad, debido a la comodidad y desahogo de tiempo que supone el no lavarlos, además de evitar posibles alergias causadas por dejar depósitos de detergente en la tela.
Los pañales desechables son muy absorbentes, más que los de tela y permiten al bebé permanecer seco y sin irritaciones durante largo tiempo. Sus tiras adhesivas facilitan el cambio y permiten checar si el bebé está mojado despegándolas y volviendo a pegarlas varias veces.
¿Cómo cambiar un pañal?
- Se debe hacer sobre una superficie plana, mullida e impermeable.
- Tener a la mano el pañal limpio, toallitas húmedas desechables o un paño limpio y agua tibia.
- Colocar al bebé boca arriba y levantarle las piernas con una mano para ver la zona que hay que limpiar.
- Retirar el pañal sucio utilizando la parte limpia para retirar los restos que han quedado en las nalguitas del bebé.
- Limpiar con una toallita húmeda o el paño, teniendo cuidado de no arrastrar la suciedad del ano hacia la vagina en el caso de las niñas y sin retirar el prepucio en el caso de los niños.
- Antes de ponerle el pañal limpio, hay que comprobar que el cordón umbilical, en el caso de los bebés recién nacidos, no se haya humedecido y de ser así cambiar la gasa por otra nueva empapada en alcohol.
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