3 en la cama
La práctica de compartir la cama con el bebé gana cada vez mayor aceptación entre expertos y padres.
Por: Sharon Rapoport
Compartir la cama con el bebé se consideraba inadecuado, de mal gusto e incluso dañino. Esta era la opinión de muchas personas, que tienden a asociar la práctica con las clases menos privilegiadas. Dormir con el bebé era casi un tabú, aunque muchas de nosotras “olvidemos” devolver al chiquillo a su cuna después de alimentarlo en las madrugadas. Sin embargo, no lo comentamos con otras mamás. Quizá porque lo considerabamos un asunto privado, quizá para evitar críticas.
Compartir la cama: inadecuado
Todavía hoy, es común en muchas culturas que los padres duerman con los bebés durante los primeros meses e incluso años. La idea de que compartir la cama no era adecuado tomó fuerza en occidente durante la última mitad del siglo pasado, especialmente en aquellas sociedades que valoran la independencia de los niños.
A mediados de los ochenta, el Dr. Richard Ferber, Director del Centro de Desórdenes Pediátricos del Sueño en el Childrens’ Hospital de Boston, explicaba que dormir cotidianamente con el bebé dañaba el desarrollo de su identidad individual y además, genera hábitos negativos de sueño. Estas ideas permearon la actitud de los padres en todo el mundo.
En su best-seller “Solve Your Child´s Sleep Problems” (“Resuelva los problemas de sueño de su hijo”), el Dr. Ferber sugería que las parejas ponen a sus hijos en la cama para evitar la intimidad con la pareja.
En el libro también explica detalladamente su técnica para enseñar al bebé a dormirse sin ayuda de sus padres, que ha sido promovida por los pediatras y practicada por millones de padres: la “ferberización” que consiste básicamente en dejar llorar al bebé en su cuna por intervalos de tiempo cada vez más largos, sin acudir a reconfortarlo ni cargarlo (sólo se permite entrar a checarlo en los periodos establecidos).
En la actualidad
Las nuevas investigaciones están haciendo que la teoría se reconsidere. En los Estados Unidos, donde dormir junto con el bebé era prácticamente negativo, ya se habla del co-sleeping como una “nueva tendencia”..
Aún contra la corriente principal del pensamiento, algunos expertos modernos, como el Dr. William Sears, han defendido la cama compartida. Su principal argumento es que ayuda a establecer el vínculo afectivo con el bebé, y permite una compaginación entre los ciclos de sueño y lactancia de mamá y bebé.
Pero el verdadero giro en la opinión pública se dio recientemente, cuando el Dr. Ferber concedió que su técnica no es adecuada para todos los bebés, y que los niños pueden desarrollar hábitos de sueño saludables durmiendo en la cama con sus padres.
Estadísticas recientes reflejan que en los Estados Unidos, cada vez más parejas duermen con sus bebés. Muchas de ellas son mujeres que trabajan, y para las que dormir con el bebé constituye una forma de aprovechar la noche para acurrucarse con su bebé y hacerle sentir al bebé su presencia.
Aunque quizá se trate únicamente de que más personas lo admiten ahora públicamente, animados por el clima de mayor aceptación.
¿Técnica o sentido común?
A pesar de las discusiones académicas, la principal motivación de muchas de las parejas que elijen compartir la cama con sus bebés no es una filosofía específica, sino una mezcla de pragmatismo y gusto. Algunos disfrutan la cercanía del bebé por la noche; para otros, el cansancio vence a los argumentos.
Algunos argumentos de los defensores de la cama compartirda son:
- Los bebés tienen temperamentos distintos, y se benefician cuando los padres son capaces de adaptarse a sus necesidades
- Los estudios que comparan los hábitos de sueño de bebés en culturas distintas han encontrado que no hay conexión entre la capacidad de un bebé para arrullarse por si sólo y su habilidad para desarrollar autonomía.
- Algunos antropólogos han señalado que la insistencia de que los bebés duerman en sus cunas demuestra que contemplamos el arreglo al dormir como una cuestión sexual y no social.
Sueño: cuestión de seguridad
No se ha logrado determinar con seguridad si dormir junto con el bebé aumenta el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita de Lactantes. La preocupación se centra en torno al sobrecalentamiento del cuerpo del bebé al dormir en proximidad a otra persona. Pero también se ha argumentado que esta cercanía puede ayudar al pequeño a despertar con mayor facilidad si ocurriera un episodio de cese de respiración.
Otro de los argumentos en contra del sueño compartido es la posibilidad de que un adulto (u otro niño) rodara dormido sobre el bebé y lo sofocara.
Si duermes con tu bebé en la noche, es indispensable que sigas estos lineamientos para su seguridad:
- No duermas con él si estás bajo la influencia de tranquilizantes o alcohol.
- Evita cobijarlo excesivamente.
- Utiliza una cama amplia.
- Nunca fumes en la cama.
- No permitas que ningún otro niño duerma en la cama.
- El bebé debe acostarse entre la madre y un barandal de cama o la pared, para evitar que caiga, y nunca junto al padre, cuya sensibilidad al bebé disminuye al dormir.
- Evita los cojines y colchones mullidos.