Un apego sano
Para generar una sana relación emocional con tu hijo nunca es demasiado temprano. De hecho, puedes comenzar desde que está en el vientre. Este apego con sus seres más cercanos marca al niño para siempre. Pero, ¿cómo saber si tiene un apego emocional sano… o no?
Aplausos a un apego saludable
El niño explora el entorno de manera tranquila cuando están papá y mamá a su lado. Además, en caso de lastimarse, acude a quien lo esté cuidando en busca de consuelo. Es un niño que pide ayuda cuando la necesita.
Alertas de un apego inseguro
Aquí hay problemas con la separación, no se quiere alejar de papá o mamá. O, por el otro lado, es tan independiente que ni cuenta se da si sus padres están presentes o ya se fueron. Es tímido y si se lastima, no busca consuelo. Es probable que este pequeño sea controlador y castigador.
Los niños que tienen un apego sano pueden desarrollar una autoestima fuerte, autosuficiencia, además de poder crear y mantener relaciones interpersonales positivas. Esta persona podrá superar la frustración y resolver problemas.
El hacer sentir a tu bebé amado y protegido es una manera de fomentar su autoestima, pues se valorará a sí mismo y se sentirá digno de amor y atenciones.
El apego saludable crea adolescentes más seguros y con capacidad de enfrentar retos y perseguir sus sueños, aunque cuesten trabajo. ¿Cómo lo estás haciendo tú?