Confía en tu instinto maternal
Como todo, cuando se trata de la primera vez, muchas veces nos invade el miedo. Nos llega tanta información que no sabemos qué hacer en realidad. Confía en tu instinto maternal…
Nos pasa con el primer novio, el primer trabajo, la primera vez que cocinamos… y de manera más dramática, cuando tenemos a nuestro primer bebé.. ¿qué hacer y cómo? Por: Thaís Muñoz
Cuando te sientes confundida, mucha gente a tu alrededor querrá ayudarte, quizá te llegará un instante en que quieras que el mundo se detenga y todos se callen para poder pensar por dónde empezar y a quién hacerle caso.
Los consejos y las historias de otros nos sirven para tener referencias y en ocasiones, nos facilitan desarrollar nuestras propias soluciones, que nunca deben dejar de lado la indicación de tu doctor, ni tu sentido común.
AMIGAS Y HERMANAS
Son las más “puestas” y las más emocionadas desde tu embarazo. Algunas porque ya pasaron por eso y otras, porque quisieran estar en tus zapatos. Mucha de su experiencia te va a servir. Toma nota de sus tips y problemas y verás que, entre ellas, habrá mucha discrepancia, pero podrás hacerte una especie de diccionario fácil que podrás consultar en situaciones cotidianas que son un reto, como: bañar al bebé, dormirlo, amamantarlo, superar tu bajón emocional post-parto, etc. No te preocupes demasiado por darles la razón o demostrarles en el momento que has aprendido lo que quieren “enseñarte”; tampoco las contradigas demasiado cuando estén queriendo convencerte de algo que de plano no te suena; permite que se expresen y sobre todo, recibe el cariño que están queriendo transmitirte con todas esas palabras y consejos, pero todo somételo a la autoridad competente que es el doctor o especialista.
EL ESPECIALISTA
El Dr. Omar Livio Peralta Méndez, Pediatra Neonatólogo del Grupo Pediátrico Polanco recomienda:
“El comienzo siempre es la parte más importante, recuerda que la salud depende de la información adecuada y oportuna, consulta a tu médico pediatra y/o neonatólogo: la información debe ser anticipada –previa al nacimiento, a los primeros minutos, horas y días de vida de tu bebé y de esta forma comprenderás sus cambios; por ejemplo, algo tan sencillo pero importante, es que sepas que estornudan 10 a 15 veces al día, tosen la mitad de las veces que estornudan, se congestionan de la nariz, poco o mucho y tienen la garganta roja, esto sobre todo durante los primeros 2 meses de vida y nada de esto es resfriado, gripa o faringitis, solo es su adaptación al medio ambiente fuera de la mamá, ya que su nariz y vías respiratorias son nuevas y responden de esta forma. Ojo: esto solo puede ser asesorado por un profesionista que conozca a tu bebé, especialmente pediatras o neonatólogos…”
LOS LIBROS Y OTRAS FUENTES
Llegará a tus manos cualquier cantidad de información. Si eres curiosa encontrarás que es un pozo sin fondo: Internet, libros, revistas, programas de televisión… No quieras leerlos todos porque no hay manera, y tampoco esperes que todos digan lo mismo en el mismo tema. Encontrarás incluso contradicciones aunque cada fuente te parezca bien documentada.
TU MÉDICO
A pesar de que quisiéramos que la Medicina nos diera una receta infalible, aún la ciencia tiene sus limitaciones y no puede ser siempre así. Ya te habrás percatado de que a veces ni siquiera los doctores se ponen de acuerdo al 100% entre sí.
¿Entonces qué hacer?
Elige bien a tu pediatra desde el principio.
- Tiene que ser alguien que te convenza no sólo por sus credenciales, títulos o recomendaciones de su excelente práctica; sino alguien que te transmita paz y tranquilidad.
- Tu médico debe tener paciencia y comprender cuando necesitas demasiadas explicaciones o al contrario, cuándo no quieres saber nada.
- Resulta muy difícil encontrar a un médico que llene todas tus expectativas (o las más importantes, al menos) pero no es imposible.
- Comienza por recomendaciones pero no te detengas hasta encontrar a la persona con quien realmente te sientas segura.
- La idea es que una vez que le das a él o ella la autoridad, tú puedas soltar definitivamente la ansiedad sobre las cosas que no están en tu control y a la vez que sientas la confianza de que tus decisiones y creencias serán respetadas.
Recuerda que no todos los médicos tienen dotes de psicólogos, así que habrá asuntos en los que querrás que te dé su punto de vista (estrictamente médico) pero tendrás que consultar también con alguien más como un psicólogo, un terapeuta familiar u otro tipo de especialista, dependiendo del problema que enfrentes.
SENTIDO COMÚN
Cuando sales del hospital y llegas con tu bebé a casa, la situación se complica mucho porque interviene tu carácter, tus miedos individuales, tu poca o mucha experiencia; más el temperamento de tu bebé con sus circunstancias muy especiales, la relación con tu esposo, la situación económica… Puedes sentir que te encuentras verdaderamente en una encrucijada aunque se trate de un problema supuestamente sencillo. Tu sentido común es una herramienta que necesitarás ahora más que nunca y que te ayudará a unificar y ordenar toda la información que recibes y la que decides conservar, pero de cualquier manera deberás estar informada.
Si el bebé está llorando, si estás estresada, si se te volteó la bañera y se hizo un desastre… siempre trata de conservar la calma, para que tu sentido común prevalezca y puedas decidir sencillamente qué es lo urgente, qué es lo importante y qué es lo que puede esperar.
Un poco de todo y “zapatero a tus zapatos” parece ser la clave. Si quieres saber sobre una medicina, no es tu amiga la indicada para presentarle tus dudas (a menos que sea doctora, claro). Si te inquieta que se te puso el pelo horrible después de parir, el médico te dirá que es normal y se asegurará de que no haya ninguna condición o enfermedad que lo esté causando, pero probablemente no sabrá referirte a un súper salón donde tienen un tratamiento maravilloso que ha ayudado a otras como tú. Si la complicación se refiere a amamantar, hay organizaciones y cursos que se dedican específicamente a entrenarte en ello y a aclarar mitos sobre la lactancia. Si de reglas de etiqueta para una ceremonia bautismal se trata, evidentemente acudirás a tu párroco y no necesariamente a tu psicólogo o tu cuñada.
Haz de toda la gente que tienes alrededor, una especie de catálogo para problemas específicos; busca entre las fuentes de información las que te hagan más sentido y toma nota de tus conclusiones. Confía en tu instinto maternal y no te presiones a hacerlo todo perfecto porque es imposible, pero sobre todo, no ignores las indicaciones básicas de tu médico.
Revista Bebé edición 56, www.mexicounido.org.mx herrera@mexicounido.org.mx