Equilibrio: trabajo y bebé
La mujer que trabaja debe evitar la búsqueda de la perfección y concentrarse en encontrar el equilibrio. Por: Sharon Rapoport
La cuestión de regresar a trabajar o quedarse en casa después de tener un bebé no tiene una respuesta fácil o correcta. En algunas ocasiones se trata de una decisión personal, en otras es obligada por las circunstancias económicas. Lo que puede afirmarse es que combinar las responsabilidades de la maternidad con las del trabajo constituye un reto complicado.
El estrés, la ansiedad y la frustración son comunes en la mujer que trabaja. Además, frecuentemente la persigue una sensación de no estar “haciendo lo suficiente” en uno o varios de los ámbitos de su vida: los hijos, el cuidado doméstico, la vida social o de pareja.
Para lograr un equilibrio sano entre los distintos roles de tu vida, lo primero es que elimines este sentimiento de culpabilidad. Recuerda que:
- Nadie puede “hacerlo todo” de manera perfecta y por si sola. La “Supermamá” es un mito. Necesitas y mereces ayuda.
- No te compares con otras mujeres profesionistas, ni aspires a la perfección doméstica de la generación de nuestras madres.
- Aunque sería alentador contar con el aliento y comprensión de familiares y amigos respecto a nuestras ambiciones profesionales, no lo esperes. Sin embargo, es fundamental contar con el apoyo de tu pareja.
- Las madres que trabajan frecuentemente sienten la necesidad de disculparse por sus “deficiencias”. No lo hagas.
- Acepta que a pesar de tus mejores esfuerzos, el niño en ocasiones llorará cuando salgas de casa o lo dejes en la guardería. Ello no es razón para reconsiderar tu decisión profesional.
- Debes confiar en tu sensibilidad. Si conoces bien a tu hijo podrás detectar cambios en su conducta que indiquen que enfrenta algún tipo de problema cuando estás fuera de casa.
- Algunos estudios indican que los niños de mujeres que trabajan desarrollan una mayor independencia, responsabilidad y madurez. Aprenden a confiar en distintos adultos y a negociar con sus compañeritos. La mamá que se queda en casa debe hacer un esfuerzo adicional para que sus hijos desarrollen este tipo de habilidad.
¿Cuándo volver al trabajo?
La recomendación general es que la madre permanezca como mínimo seis y ocho semanas para recuperarse del parto normal y para establecer la lactancia.
Aún mejor es extender el periodo hasta que el bebé cumpla cuatro meses, momento en que la madre ya ha desarrollado una mayor confianza en torno a sus habilidades de crianza y el bebé duerme durante la noche.
Aunque algunos expertos sugieren que las madres se dediquen tiempo completo a sus hijos durante los primeros dos o tres años de la vida de sus hijos, esto no siempre es plausible. Pero considera la posibilidad de participar en un empleo de medio tiempo o con un horario flexible.
Tips para la mamá que trabaja
Busca una alternativa confiable para el cuidado del bebé. Esto es fundamental. Debes sentirte cómoda con la opción que elijas. Para los bebés más pequeños, es preferible contar con una persona que los cuide en su hogar y que se convierta en una figura estable en su vida. De no ser posible, busca una guardería y más adelante un jardín de niños de buena calidad.
Evita el desgaste. Si no duermes lo suficiente, tendrás la sensación de no estar desempeñando eficientemente tus tareas. Te faltará paciencia al final del día, y energía para mantener el romance con tu pareja y una vida social. Haz el propósito de acostarte a una hora razonable todos los días. Sacrifica otras actividades, pero no tu tiempo de sueño.
Mantente informada. Lee acerca de las etapas de desarrollo infantil y mantente en estrecha comunicación con las cuidadoras de tus hijos para que seguir su progreso o enterarte de posibles dificultades.
Proporciona tiempo de calidad. Las investigaciones han demostrado que tanto la calidad como la cantidad del tiempo compartido son importantes. Interactuar con el bebé, escucharle activamente, hablarle y jugar con él, conforman el tiempo de calidad. Algunas formas para aprovechar al máximo los momentos cotidianos que pasas con tu hijo:
- Aprovecha las oportunidades que tienes para hablar con él: al recogerlo de la guardería, mientras lo bañas, durante la cena.
- Inclúyelo en tus actividades, como hacer compras, “ayudarte” a cocinar, a ordenar la casa. Hazlo sentir importante e incluso útil.
- Cuando llegas a casa después de trabajar, reconéctate con tus hijos abrazándolos o sentándolos en tu regazo durante unos minutos. Después, dales algo que hacer y tómate unos 20 minutos para relajarte y recuperarte de tu día. Luego reúnete con tu familia para compartir el resto de la tarde o noche.
- Haz de la cena un momento agradable y sin prisas. Evita la televisión mientras cenan.
- Para algunas familias con hijos pequeños, atrasar la hora de acostar al bebé constituye la única forma de pasar más tiempo con él. Así, se evita que el único momento de interacción sea la “hora feliz”, alrededor de las 6:00 o 7:00 de la noche, cuando el bebé está cansado e inquieto. Pide a la cuidadora que le haga tomar una siesta por la tarde, para que lo encuentres descansado y sociable cuando regreses del trabajo.
- Alarga el ritual de antes de dormir para aumentar el tiempo de calidad que comparten. Aprovechen para compartir los sucesos del día.
- Procura cumplir aunque sea parcialmente estas recomendaciones todos los días.
- Simplifica el cuidado del hogar. Una casa impecable es menos importante que el tiempo que pasas con tu hijo. Ahorra tiempo comprando comida preparada y adquiriendo prendas de cuidado fácil. Si tienes posibilidad, consigue ayuda doméstica.
- Reparte responsabilidades. En las parejas en que ambos trabajan, papá debe funcionar como algo más que un “repuesto” en caso de que la mamá no esté disponible. Si es necesario, redistribuyan las tareas de cuidado de los hijos y del hogar, previniendo la extenuación de la madre. Por su parte, la madre debe desarrollar la confianza en la habilidad del padre para encargarse de ciertas tareas y permitírselo.
- Desarrolla un plan B; ten preparada alguna estrategia en caso de que el bebé enferme. Ésta puede incluir la ayuda de un familiar que se haga cargo del niño y lo lleve al médico, el apoyo de algún compañero de trabajo en caso de que debas ausentarte, un acuerdo con tu pareja respecto a quién manejará estas emergencias.
- Atiende tu relación con tu pareja. Una de las pérdidas principales para la mujer que trabaja es la del tiempo que disfruta con su esposo. Un matrimonio sólido constituye uno de tus principales apoyos como madre y profesionista.
- Recuerda que mereces tiempo para ti misma. El tiempo de relajación es necesario, no se trata de una frivolidad o desperdicio. Planéalo y disfrútalo.
Se ha demostrado que los padres que trabajan invierten grandes esfuerzos tratando de compensar a sus hijos por su ausencia durante el día, pero no siempre lo hacen de la manera más adecuada. Algunos errores comunes:
- Permitir a tu hijo dormir en tu cama. Es preferible proporcionarle tiempo adicional durante los fines de semana, realizando actividades especialmente dedicadas a él, que sacrificar tus momentos de descanso e intimidad, e instituir un hábito difícil de eliminar.
- Compensar tu ausencia por medio de objetos. Todos los niños disfrutan los regalos, los espectáculos infantiles y las sorpresas, pero lo que realmente necesitan es la compañía de sus padres.
- Ser demasiado laxos en la disciplina. Algunos padres que trabajan son reacios a asumir una postura “estricta” al llegar a casa. Pero si quieres crear niños independientes debes darles límites sobre los cuales basarse, y comenzar ahora.