RELAJACIÓN DURANTE EL PARTO
La relajación para el parto no consiste en recostarse y no moverse. Se puede estar acostado en una cama con gran tensión y ansiedad, y en cambio poder relajarse mediante el movimiento. Por: Guadalupe Trueba
La relajación para el parto sigue siendo una técnica muy efectiva por los efectos positivos que tiene para que el parto evolucione de forma natural. Sin embargo, no debemos concebir la relajación como una posición de la mujer en una cama del hospital y sin mover un solo músculo del cuerpo. Al contrario, hoy la relajación para el parto se considera una técnica que implica movimiento. No hay nada más cómodo para controlar las molestias y el dolor, que poder moverse libremente y decidir la posición en la que mejor nos sentimos.
Para que la mujer se relaje durante el trabajo de parto, es indispensable que se le permita moverse libremente, y adoptar las posiciones que su cuerpo le pide, para controlar mejor las sensaciones de las contracciones de su parto.
Aún si te ponen los cinturones del monitor fetal para vigilar la frecuencia del corazón del bebé y el ritmo de las contracciones, puedes pedir al médico que después de media hora o 40 minutos, te deje caminar y moverte por un tiempo similar, antes de volver a monitorear al bebé.
Alternar posiciones y movimientos como caminar, colocarse sobre manos y rodillas, bascular la pelvis de un lado al otro o adelante y atrás, inclinarse hacia delante y mecerse al estar parada o balancear el cuerpo de un lado al otro… son posiciones y movimientos que las mujeres realizan de manera instintiva para facilitar el parto. En pocas palabras, la relajación durante el parto, es una técnica que requiere de movimiento.
La relajación para el parto, es una conducta y no una postura del cuerpo. Requiere concentración para utilizar el menor esfuerzo de los músculos que necesitas para moverte, caminar, cambiar de posición o mecerte. La relajación durante el parto, permite que te conectes con la parte primitiva de tu cerebro (lugar en el que se encuentra la sabiduría interior que te guía a través de la labor del parto y el nacimiento), para dar a luz confiada y tranquila.
Una mujer tensa y angustiada, complica la evolución del parto. Por lo que es necesario que el entorno en el que des a luz, sea confiable, seguro y de acuerdo a tus necesidades.
No hay cosa más desesperante que querer aflojar nuestros músculos y relajarnos mientras escuchamos al personal de salud o a nuestros acompañantes decirnos “relájate… estás muy tensa…” Por supuesto que queremos relajarnos, pero ¿cómo?…
Hay que practicar la relajación durante el embarazo. Tomar un curso de preparación para el parto – en el que se practican diversas técnicas para lograr el estado de relajación – para familiarizarse con las sensaciones que te indican que estás relajada y aprender a responder al dolor y la incomodidad moviéndose y cambiando de posición.
Practica la relajación durante el embarazo
Para comenzar, puedes realizar un ejercicio muy sencillo:
- Colócate en una posición cómoda y asegúrate que nada te distraiga del ejercicio que
vas a realizar.
- Tensa – durante algunos segundos – y luego relaja cada parte de tu cuerpo (desde los
músculos en tus pies hasta los músculos de tu cara), para identificar las sensaciones entre tensión y relajación muscular.
- Reconoce, “siente” y valora las sensaciones tan distintas entre tensión y relajación
muscular.
- Revisa mentalmente tu cuerpo y con la ayuda de respiraciones profundas, relaja aún
más cada músculo al tiempo que exhalas el aire.
- Una vez relajada, adopta diferentes posiciones y balancea o mece sutilmente tu cuerpo
buscando que se relaje aún más.
- Disfruta la sensación y emociones que la relajación te produce al tiempo que te meces o te mueves y en cada posición que elijas.
- Imagina un lugar agradable, seguro y confiable que te invite a permanecer en este
estado de relajación y descanso por algunos minutos más.
La respiración lenta y pausada, favorece la relajación, porque la respiración profunda es de por sí, un calmante del sistema nervioso. Practica las respiraciones profundas pensando que cada vez que exhalas el aire, relajas más y más la parte del cuerpo en la que estés pensando. No exageres la forma en la que respires… deja que el aire entre y salga de forma lenta y suave, pero sin que represente gran esfuerzo. Después de varias respiraciones, tendrás una sensación de tranquilidad y confianza como resultado del ejercicio.
La compañía de una persona de tu elección durante el parto – tu pareja, la instructora de psicoprofilaxis o quien tú decidas – será de gran ayuda para incrementar tu confianza y lograr la relajación. El acompañante durante el parto, te debe animar y proporcionar masajes y caricias que te alienten para seguir adelante. El ambiente en el que des a luz, también es fundamental para lograr la relajación. Quienes te rodean, deben respetar tu deseo de moverte y adoptar las posiciones en las que te sientas mejor y sobretodo, deben confiar en tu capacidad para parir de forma normal.
Con técnicas como la relajación, las respiraciones y las posiciones, lograrás que tu parto sea mucho menos doloroso y seguramente necesitarás menos medicación para el dolor.
¡No dudes en aplicar estas técnicas durante el parto ¡Te sorprenderás de los resultados!
RELAJACIÓN
Es la innata capacidad del cuerpo para alcanzar un estado especial caracterizado por una disminución de las pulsaciones cardíacas, de la presión arterial y de las ondas cerebrales, y una reducción general de la velocidad del metabolismo. En dicho estado los cambios producidos por la relajación contrarrestan, además, los perjudiciales efectos y las molestas sensaciones generadas por el estrés.
En esta situación de relativa serenidad, se registra una modificación de las pautas mentales de un individuo y éste se libra de los “ciclos de la preocupación”.
Los efectos de esta sencilla técnica, combinada con las más profundas creencias personales, pueden crear otros estados internos capaces de ayudar al individuo a mejorar su propia salud y bienestar.