¿Qué es normal en un recién nacido?
Por Dr. Jorge Aguirre
Así como el compromiso de ayudar a las madres a alimentar a sus hijos con leche materna exclusivamente y a mejorar la atención médica para incrementar la seguridad de sus lactantes; sin embargo, esta tarea no es sólo del sector salud, sino de todos aquellos productos que benefician al mundo del bebé.
El proceso normal del nacimiento y las características generales de un recién nacido de término sano, se determinan por medio de controles que ayuden a mejorar las condiciones para el nacimiento y crianza de los bebés de manera integral. Estos controles son:
Visita prenatal
Su objetivo más importante es comenzar una relación positiva con los padres, además de registrar antecedentes médicos y psicosociales pertinentes, posibles situaciones de alto riesgo e iniciar la educación básica de la familia en relación con el cuidado del recién nacido. Es importante conocer el entorno en el que vivirá el recién nacido, así como las inquietudes y dudas de los padres. En este momento se debe establecer un plan de alimentación y dar las recomendaciones sobre lactancia materna.
El parto: transición de ambientes para el bebé
El trabajo de parto tiene efectos sobre el recién nacido y en la adaptación metabólica y fisiológica involucradas en la transición a la vida extrauterina. Aproximadamente 10% de los recién nacidos requiere alguna forma de reanimación para ayudarle con este periodo de transición, y de éstos 20% requiere una intervención intensiva, por lo que es importante que siempre esté presente personal capacitado para intervenir oportunamente. Durante muchos años se ha utilizado la calificación de Apgar para evaluar la transición a la vida extrauterina, la cual consta de dos calificaciones, una al minuto de vida y otra a los cinco minutos.
La calificación del minuto refleja el medio intrauterino del recién nacido y cómo toleró el proceso del parto, y la de los cinco minutos refleja el éxito de la transición. En recién nacidos a término, cuando la calificación de Apgar a los cinco minutos es menor a siete hay riesgos de transición subóptima y es necesaria la observación cuidadosa del recién nacido. Cuando es de tres o menor, se debe controlar y observar con mucho cuidado al recién nacido, y a menudo requerirá de atención intensiva. Si la temperatura se mantiene y las frecuencias cardiaca y respiratoria son normales, en general, la transición ha sido exitosa.
Es importante que después de esta valoración inicial se coloque al recién nacido sano sobre el tórax de la madre en contacto piel con piel, para favorecer la interacción madre e hijo y la lactancia materna durante el periodo de alerta temprano del recién nacido.
Examen físico inicial:
Antes de examinar al recién nacido el pediatra determinará la edad de gestación, los parámetros de crecimiento y los signos vitales. Se define como prematuro al recién nacido que tiene menos de 37 semanas de gestación, de término al que tiene entre 37 y 41 semanas y seis días, y postérmino al que tiene 42 o más semanas de gestación. Se registran el peso, la talla y el perímetro cefálico en las curvas de crecimiento estandarizadas con la finalidad de establecer si el recién nacido se encuentra con peso adecuado para la edad de gestación, ya que si se encuentra por arriba o por debajo de lo normal se pueden presentar complicaciones y necesitará de vigilancia.
Es importante llevar a cabo el primer examen físico del recién nacido en presencia de los padres para poder explicar las maniobras y los hallazgos normales y anormales.
El recién nacido sano reacciona dormido con facilidad a los estímulos con leves movimientos involuntarios. Cuando están despiertos hay movimientos espontáneos que aumentan conforme se acentúan los estímulos externos. Mueven las cuatro extremidades, la cabeza e incluso la musculatura facial de la expresión. En el sueño es típica la posición de confort o fetal, caracterizada por brazos y piernas flexionadas y en posición media. Despierto muestra la misma actitud con resistencia a los movimientos pasivos, lo que refleja su aumentado tono muscular, normal para esta edad. El llanto debe ser fuerte y lleno, no débil ni quejumbroso.
La Piel del recién nacido
Al momento de nacer la piel se encuentra recubierta por un unto sebáceo llamado vérnix caseosa, muy adherente y predominante en los pliegues, desaparece en unas horas y no debe retirarse por completo en el baño. El color al nacer es pálido-cianótico (azulado), y a las seis o siete horas se convierte en rojo intenso, después palidece y al segundo o tercer día puede aparecer un tinte amarillo-naranja (ictericia fisiológica) que debe desaparecer alrededor de los 14 días de vida.
Es normal la presencia de un vello fino llamado lanugo y la descamación de la piel sobretodo en palmas, plantas y pliegues. Estos desaparecerán en unos días. Se conoce como milia a los pequeños granitos que aparecen en mejillas y nariz; hemangiomas a las manchas rojizas frecuentes en región de la nuca, frente y párpados; y mancha mongólica (sin relación con el mongolismo) a las zonas de pigmentación azul generalmente en la espalda baja y los glúteos.
La cabeza
En el cráneo es normal la presencia de edema en la zona de presentación llamado caput succedaneum y el moldeamiento de los huesos, ya que al nacer no deben estar fusionados para permitir el crecimiento adecuado del cerebro. La fontanela anterior es un espacio entre los huesos del cráneo conocida comúnmente como mollera, que mide cuatro centímetros de diámetro. En los ojos se pueden encontrar leves hemorragias en la conjuntiva, se puede observar el color amarillento causado por la ictericia y los movimientos descoordinados ocasionales son normales.
Los recién nacidos son respiradores nasales obligados, por lo que cualquier obstrucción nasal ocasiona dificultad respiratoria. Los oídos deben ser de una forma y posición normal. En el aspecto oral se debe observar el labio y paladar íntegros, se pueden presentar dientes al nacimiento que se deben retirar para prevenir su aspiración.
El cuerpo: qué esperar del bebé al nacer
En el tórax se debe observar una respiración relajada, de entre 30 y 60 respiraciones por minuto y no escuchar ruidos al respirar. El corazón late de 120 a 160 veces por minuto en los recién nacidos y pueden presentarse soplos normales, pero siempre se debe descartar la presencia de patología cardiaca.
El abdomen debe ser blando, sin dolor a la palpación y se pueden escuchar los movimientos intestinales. El cordón umbilical se seca en los primeros días y se desprende entre los siete y 10 días de vida: se pueden evitar las infecciones con adecuada higiene de la zona. En los recién nacidos masculinos a término se deben palpar ambos testículos en la bolsa escrotal y el pene debe ser de características normales. Los genitales femeninos pueden presentar una secreción blanquecina y sangrado transvaginal los primeros días por la estimulación hormonal. Se debe presentar por lo menos una micción en las primeras 12 horas de vida y posteriormente debe tener de seis y ocho por día. El ano debe estar permeable y presentar evacuaciones primero verdes oscuras y chiclosas conocidas como meconio y posteriormente amarillas y grumosas, por lo menos una vez al día. La temperatura se debe tomar por la vía rectal y lo normal es entre 36.5 y 37.5 grados centígrados. Los recién nacidos normales tienen reflejos que le permiten sobrevivir como la succión, y tienen habilidades sensoriales (oído y olfato) que le permiten reconocer a la madre en las primeras semanas de vida.
La agudeza visual es pobre al nacimiento y se desarrolla en los primeros seis meses, por lo que no fijan la mirada al nacer.
Es muy importante reportar al pediatra todos los datos anormales y las dudas que tengas para atender lo antes posible cualquier problema que tu bebé recién nacido pudiera presentar.