Mi bebé se chupa el dedo
Aunque desde la perspectiva adulta es difícil comprender dicho acto, éste cumple una función importante en la niñez temprana.
¿Cuándo inicia la búsqueda de objetos de transición?
Alrededor de los seis meses de edad, el bebé comienza a buscar objetos como fuente de enlace emocional con los padres, adicional a la que ya ha establecido con anterioridad. A estos objetos se les conoce como “objetos de transición” porque ayudan al niño a dar el paso entre la seguridad que le proporciona la cercanía de mamá y el mundo exterior.
Frecuentemente, los niños buscan un objeto (que puede ser su mismo dedo), que sirva como extensión a la relación más íntima que conocen, que es la relación con mamá. Con esa asociación, el niño puede llevar un poco de mamá a donde quiera que vaya. Entender los beneficios que esto le proporciona, te ayudará a manejar la situación de mejor manera.
El dedo y el chupón: los primeros objetos de transición
¿Por qué un bebé escoge el dedo o el chupón ?
El proceso mediante el cual un niño selecciona el objeto de transición es desconocido y hay poco que puedas hacer al respecto. Tal vez le atrae el color, la textura o la forma del chupón, o quizá, lo que le gusta es la sensación que le proporciona su dedo. Lo importante es entender que dicho acto le da seguridad y le permite tranquilizarse por sí mismo.
¿Cuándo debo ayudar a mi bebé a dejar ese hábito?
Muchas veces, los padres se preocupan de que la dependencia excesiva al dedo signifique que su hijo está mostrando una carencia de amor o seguridad, pero hay muchos bebés felices y muy queridos que pasan sus primeros años con la boca ocupada en estos objetos.
Cuando el niño crece y aprende a caminar, su búsqueda de independencia puede aumentar su preferencia por dicho hábito, ya que le proporciona seguridad para explorar cuando se aleja de mamá. Así que, debemos entender que esa es la razón por la que un niño insiste en este comportamiento y realiza dicha acción de forma repetititva.
Se recomienda que los padres ayuden al niño a suspender el hábito de chuparse el dedo entre los 2 ó 3 años, cuando puede comenzar a causar problemas en los dientes. Realmente el problema no es si se chupa el dedo o no, sino que la frecuencia de dicho acto le afecte en su desenvolvimiento en general.
¿Debes preocuparte?
Alrededor de los 4 años, chuparse el dedo puede ser inadecuado si interfiere con la habilidad del niño para relacionarse con otras personas, le impide realizar actividades (no puede pintar o subir una resbaladilla porque está chupándose el dedo) o le ocasiona burlas de sus compañeros. En este caso, puedes hablar con la maestra o pediatra para obtener ayuda.
Trata de ser flexible y comprensiva con tu hijo. Ganarás más, manejando la situación como parte importante de su vida, que ridiculizándolo por su afición.
Alrededor de le etapa de pre-primaria es probable que la pasión por dicha costumbre haya desaparecido, pero ésta todavía cumple una función. Ahora que el niño ya tiene amigos de verdad, con opiniones propias, el chuparse el dedo es un pedacito de su hogar, de lo que le es cómodo y familiar.
Aunque también obtendrá seguridad a través de las relaciones que establezca, no es raro que en ciertos momentos regrese al viejo hábito. No hagas gran alboroto, pero trata de sustituirlo por un juguete adecuado para su edad.
¿Qué puedo hacer para corregir este hábito?
- Trata de mantener sus manitas ocupadas con actividades durante el día. Cuando se chupe el dedo, desvía su atención hacia un juguete, juego o actividad en la que use las manos, como modelar plastilina, pintar, construir algo, etc.
- Por la noches, enséñale a dormir con los brazos entrelazados en un muñeco de peluche.
- No debes decirle a tu hijo que no se chupe el dedo.
- Por ningún motivo debes regañarlo u obligarlo a no hacerlo.
- Sugiere a tu hijo actividades donde corra, salte o juegue.
- Si tu hijo duerme con el dedo en la boca, debes retirar su mano cuidadosamente, sin despertarlo.
- Cuando un niño ha dejado de chuparse el dedo y vuelve a hacerlo, es muy probable que se encuentre en una situación emocional difícil. Es necesario tener paciencia con él e indagar sobre su problemática en específico.
Fuente: “Osos y cobijas, objetos de seguridad” de Sharon Rapoport (Abril del 2003).