Bebetecas: las mejores bibliotecas para niños
Para tener adultos lectores hay que acercar a los peques a los libros, así nacieron las bibliotecas para niños. Pero las bebetecas van un paso más allá: acercan los libros a los bebés y se convierten en espacios seguros para las mamás… ¡que a veces encuentran ahí su tribu!
Mi experiencia en bibliotecas para niños
Desde su creación hasta antes del nacimiento de Ángel, llegué a ir un par de veces nada más a la biblioteca Vasconcelos, pero cuando tenía un año, una mamá –a quien iba a entrevistar– me cito justó ahí. El punto de ir a la bebeteca era que nuestros peques pudieran jugar libremente mientras nosotras platicábamos y el flechazo se dio.
La magia de las bebetecas
Es cierto que desde hace mucho hay espacios infantiles en las bibliotecas pero las bebetecas son un espacio lúdico. Tienen a su alcance libros que suenan, que se sienten, que se arman, llenos de colores y texturas sobre los que pueden caminar o gatear. En esas salas no existe el “deja eso porque lo vas romper”, ese espacio les pertenece. Si bien es cierto hay normas que seguir (como en todos lados) es un área diseñada para que los pequeños se muevan en total libertad (y las mamás también). Es común, además, encontrar actividades como círculos de crianza, cuentacuentos y talleres donde podemos conocer y convivir con otras mamás
La bebeteca de la Vasconcelos es así, este espacio diseñado para los bebés de 0 a 3 años cuenta con un piso alfombrado (para entrar es necesario dejar los zapatos en el contenedor de afuera e ingresar con calcetas), con estantes de libros en diferentes formatos que los pequeños pueden tomar con total libertad, si tienen algún interés en particular siempre hay alguien a la mano que te puede ayudar.
Distintas etapas
A Ángel le encantaba pasar horas ahí, a veces además de leer tomábamos un break y salíamos al jardín a correr y jugar un rato, llevábamos emparedados o quesadillas e improvisamos un picnic. Así fueron muchos días hasta que la edad nos alcanzó y nos mudamos de la bebeteca a la sala infantil que está a un lado. Fue uno de esos momentos en los que te das cuenta que ya no tienes un bebé en casa pero te emociona pasar con él al siguiente escalón.
Hoy ya no vamos tampoco ahí, ya subimos al primer piso, a la tercera sección de la sección de la biblioteca infantil pero nos encanta caminar frente a ella y recordar que fue ese el primer espacio que nos dio la bienvenida y por la cual la Vasconcelos ha visto a mi hijo crecer como lector.
¿Ustedes ya han ido a una bebeteca? Si no lo han hecho créanme cuando les digo que será amor a primera vista.