A los niños, en su gran mayoría, les resulta incómodo hablar de sexualidad, principalmente con sus padres, por la manera en que ellos abordan el tema desde sus primeros años de vida.

Los papás somos dados a enseñar a los hijos que tienen un cuerpo con “partes privadas” de las que ni siquiera se habla nunca, ni se les nombra siquiera por su propio nombre y por ende no se mencionan, ni con papá, ni con mamá,

Curiosamente la gran mayoría de los niños ni siquiera conoce su propio cuerpo.

Si se les preguntara si se han visto desnudos frente a un espejo la respuesta sería “NO” y sentirían hasta ofensiva la pregunta.

Hablar de sexualidad

Pasan los años y cuando queremos iniciar una educación sexual con los niños, a ellos les resulta incoherente e incómodo.

Los niños adquieren información sobre sexualidad principalmente de sus amigos, o de internet y en muchos casos está falseada o incompleta. Los papás desconocen lo que sucede en este aspecto con sus niños y prefieren evadir el tema hasta que se ven obligados a hacerlo, pasados muchos años.

Con la mejor de las intenciones, los papás alertan a los niños de cualquier abuso sexual que pudieran tener dándoles el mensaje de que “esas” partes son privadas, pero de ninguna forma les inculcan el hecho de que estas partes son de su cuerpo y merecen el mismo respeto, cuidado y conocimiento que el resto.

Qué hacer

Primero es necesario nombrar por su nombre a todos los genitales a los que nos referimos: pene, escroto o testículos, vulva, vagina o ano.

Los padres deben referirse a estas partes directamente y transmitir a sus hijos el mensaje de que es correcto hablar de ellas, que no son groserías o partes asquerosas del cuerpo; que pueden y deben ser conocidas y tocadas por ellos mismos. Que deben ser respetadas por ellos y las personas que los rodean.

Es importante para los padres leer respecto al tema. Actualmente existe información para abordar el tema de la sexualidad desde el amor, a cualquier edad. Lo ideal es iniciar desde los primeros años, pero en caso de que no haya sido así, siempre es bueno retomar el tema directamente con los niños y no esperar.

Si como papá o mamá te cuesta trabajo abordar el tema, acude a una terapeuta sexual, especializada en niños. Te darán la mejor guía para hacerlo.