Previene: obesidad infantil
Lo sabemos: México ocupa el primer lugar en obesidad infantil.
Según el Endocrinólogo Dr. Alexander Krouham, Endocrínólogo, funcional e internista Fundador de la clínica Vitaplenus, “La estructura corporal se hace evidente desde el nacimiento y los primeros meses de vida. Dependiendo del peso del bebé, es posible inferir riesgos futuros. En las primeras consultas postnatales, el pediatra verá si el pequeñito tiene o no una alteración de peso y si tendrá que hacer alguna evaluación más detallada y profunda para determinar si esto representa o no un problema.
“La adolescencia es otro momento clave de la vida ya que los cambios hormonales pueden contribuir a generar desproporciones importantes en el peso corporal. Posteriormente no hay otra etapa específica pues el potencial de adquirir sobrepeso existe para todas las personas.”
Por eso es muy importante enseñarlos a comer adecuadamente y crearles hábitos saludables.
La alimentación correcta
Durante los primeros seis meses de vida se recomienda leche materna de forma exclusiva. Poco a poco irás introduciendo nuevos alimentos en su dieta.
Hay que tomar en cuenta la actividad física, el género (sí, los niños, en general, consumen más calorías que las niñas), además de la estructura corporal.
No solo es la alimentación
También existen otros hábitos que repercuten en el peso del niño:
- Actividad física. Por supuesto, ¡tienen que hacer ejercicio físico! Aprovechen esta etapa de juegos para activarse.
- Dormir bien. El descanso es básico para los niños y la obesidad infantil. Las rutinas de ir a la cama a la misma hora deben de respetarse.
- Afecto y atención. Un niño que se siente amado, es más probable que no coma para “llenar vacíos”. Si tu hijo presenta síntomas de ansiedad, también podría comer por esta razón. Hay que estar atentos.
¿Cuándo se considera que un niño es obeso?
Según el doctor Krouham, “a medida básica para evaluación de obesidad es la misma en el niño que en el adulto, es el índice de masa corporal. Se trata de una simple relación del peso respecto a la estatura.”
Enfermedades que se pueden desarrollar con obesidad infantil
El especialista apunta que “a diferencia de lo que se pensaba antes, que la obesidad generaría enfermedades crónico-degenerativas solamente en el adulto, vemos la aparición de estos problemas a edades cada vez más tempranas. La clasificación de diabetes tipo 1 como juvenil y tipo 2 como del adulto, ya no existen; ya observamos la diabetes tipo 2 desde la primera década de la vida. Queda claro que los padecimientos no difieren entre el niño y el adulto, en ambos extremos de la vida pueden aparecer diabetes, mayor propensión a enfermedades cardiovasculares, depresión y otros desequilibrios emocionales, hipertensión arterial, predisposición a artritis y actividad inflamatoria (que es causa y se asocia a una variedad de problemas crónico-degenerativos).”
Consejos para una vida saludable
“Antes asumíamos que el peso era consecuencia de una simple ecuación de suma y resta de calorías donde el tejido graso operaba como un almacén pasivo para cúmulo de energía. Los estudios más recientes demuestran que la grasa corporal es muy activa y se vincula con otros órganos y sistemas, en particular el inmune. La insulina es el activador primario del tejido graso, que a su vez está influenciado por hormonas tiroideas, el sistema digestivo incluyendo su microbioma, toxicidades, el tipo de alimentos consumidos, etc. Hay pues muchas situaciones que contribuyen a que aparezca o no la obesidad. La Medicina Funcional realiza esa evaluación integral contemplando la interrelación entre todos los sistemas biológicos y definiendo estrategias de tratamiento más allá de la alimentación y el programa de ejercicio correctos.
“El niño depende de los adultos y todavía no tiene libertad en la toma de decisiones. Los padres estamos obligados a ser modelos y esto inicia en casa implementando buenos hábitos de alimentación y la práctica cotidiana de ejercicio, debemos ser el ejemplo de salud para toda la familia. Tenemos que estar muy alertas al comportamiento y las fluctuaciones emocionales de nuestros hijos ante la posibilidad de que el sobrepeso u obesidad les estuviese causando maltrato o acoso”, apunta el especialista.