Nadar y nacer. Conoce sobre el parto en agua
Alma se embarazó en medio de algo que jamás imaginó que pasaría: una pandemia mundial. Entre el aislamiento y la incertidumbre, tuvo varios meses para pensar, investigar y meditar (siempre apoyada de su ginecóloga) acerca de cómo quería vivir un momento tan importante. Alma es bióloga molecular, al ser una mujer de ciencia se dedicó a investigar sobre la famosa epidural a profundidad y se encontró con mucha información sobre las secuelas que esta práctica puede dejar, así que antes de decidir la forma en la que quería parir, sabía que no quería la intervención de anestesia y así fue como un 2 de junio, Noah nació con “La vuelta al mundo” de Calle 13, la canción favorita de Alma, escuchándose de fondo en la sala de su casa y rodeado de las personas que más lo aman en este mundo: su abuela y sus padres.
El término “parto humanizado” es relativamente reciente ya que durante muchos años las mujeres fueron forzadas a tener partos dolorosos, difíciles, llenos de desinformación y sostenidos por un sistema de salud rebasado por la cantidad de nacimientos que se llevan a cabo día tras día. Afortunadamente, hoy en día son más las opciones que se van abriendo para que las mujeres puedan decidir sobre sus cuerpos y sus partos. Alma, como muchas mujeres, optó por una alternativa que la llevó a vivir una experiencia inolvidable tanto para ella, como para Noah.
Existen varias ventajas de tener un parto en agua: la primera de ellas es estar en un ambiente más relajado que permita la liberación y aumento de la oxitocina y la serotonina que estimulan las contracciones y tranquilizan a la madre dándole descargas de felicidad ayudando a aminorar el dolor. Para el bebé, las ventajas van desde una mayor oxigenación al nacer, hasta una salida mucho más amena, con mayor facilidad de adaptación al nuevo mundo que está por descubrir.
Claro que al ser métodos poco convencionales traen dudas y temores, cuando Alma manifestó sus deseos de tener un parto en casa y en agua, varias personas de su entorno la cuestionaron. En esta época sigue siendo un tema tabú y controversial tachado de moda o de creencias arcaicas, pero no podemos negar las ventajas que esta práctica otorga y así mismo la inseguridad que causa a los sistemas tradicionales ver a las mujeres parir de un modo fuera de lo convencional.
Es importante siempre respaldarse de mano de especialistas, que puedan llevar un correcto acompañamiento, que den seguimiento a las complicaciones que se llegasen a presentar y que informen de manera veraz y consciente los riesgos que pueda conllevar.
Para Noah, poder nacer y nadar al mismo tiempo representa una ventaja emocional invaluable, debido a que su desarrollo se llevo a cabo en un ambiente acuático llegar al mundo en el mismo entorno le permite una transición paulatina, generándole más confianza y tranquilidad al descubrir el mundo nuevo que tiene por delante.
Para Alma, que tuvo la oportunidad de elegir la forma en la que quería que Noah llegara al mundo le permitió sentirse sostenida y protegida en una situación que para la mayoría de las mujeres resulta angustiante, le dio la posibilidad de comenzar su maternidad sintiéndose menos sola, triste o con dolor que son los sentimientos más usuales en los primeros meses posteriores al parto.
Para Pablo, el papá de Noah, estar presente y ser una parte esencial del nacimiento de su hijo lo lleva a crear un vínculo mucho más efectivo e inmediato con el bebé.
Hasta ahora existe poca información respecto al tema y, aunque cada día se abren más los canales de comunicación en donde podemos encontrar alternativas a las tradicionales, aun nos falta mucha información y sobre todo avances en la estructura de los sistemas de salud para que se puedan ofrecer mejores experiencias a las mujeres al momento de parir.