Hiperactividad y dieta
Por: Lorena Stoopen, Revista Bebé edición 35
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (ADHD por el inglés Attention Deficit Hyperactivity Disorder) es un desorden muy común en los niños y hoy es considerado un síndrome clínico por la ciencia médica.
Ocurre en hasta 10% de los niños y 5% de las niñas (en edad preescolar y escolar) y aunque en ocasiones los síntomas desaparecen con la edad, el 65% de los niños que lo padecen siguen presentando síntomas del trastorno en la edad adulta.
La Asociación Americana de Psiquiatría establece 10 síntomas para diagnosticarlo, que pueden resumirse en tres características: impulsividad, distracción e hiperactividad. Dichas características pueden presentarse en iguales magnitudes o puede dominar una de ellas sobre las otras dos.
La investigación sobre tratamientos efectivos para el ADHD incluye tratamientos con medicamentos alópatas, homeópatas, hierbas, terapias psiquiátricas y/o psicológicas y dietas. El tratamiento dietético de este trastorno sigue siendo controversial y a raíz de las investigaciones científicas, en lugar de simplificarse, se ha vuelto cada vez más complicado a través del tiempo.
Una gran variedad de alimentos y aditivos incluyendo a los alérgenos comunes como la leche, las nueces, el trigo, el pescado y la soya han sido implicados como contribuyentes a la aparición de síntomas del comportamiento como alteraciones en el humor, en la actitud y en el sueño.
No todos los niños diagnosticados con ADHD responden a las dietas que eliminan las sustancias sospechosas. Se ha concluido que los niños más afectos a tener mejoras en el comportamiento al seguir una dieta de eliminación, son aquellos que tienen una historia familiar de migraña y de reacciones a alimentos y aquellos con historia de hipersensibilidad alérgica.
También se ha visto que los niños en edad preescolar responden mejor al tratamiento dietético que los niños mayores.
El papel del azúcar
Los niños con ADHD suelen tener deseos intensos notables por el azúcar, lo que hizo pensar por un tiempo que el azúcar era la responsable de los síntomas de hiperactividad. Sin embargo, no hay evidencia científica o explicación fisiológica que apoye la teoría de que el azúcar por sí sola cause o empeore el ADHD. Por lo anterior no se justifican las dietas estrictas que eliminen el azúcar como tratamiento del trastorno, aunque es prudente moderar su consumo debido a los conocidos efectos que tiene a largo plazo sobre la salud (caries dental y desplazamiento de otros alimentos más nutritivos). No es recomendable tampoco usar los dulces como refuerzo en el manejo del comportamiento.
Vitaminas y minerales
La piridoxina o vitamina B6, el hierro, el magnesio y el zinc han sido utilizados como terapia para el ADHD, sin embargo, no han demostrado beneficios al ser suplementados, por lo que no se recomienda su uso a menos que se haya demostrado una deficiencia nutricia de alguno de ellos.
Aditivos
Los aditivos usados por la industria alimentaria moderna han sido los principales componentes dietéticos inculpados en la relación dieta-ADHD. Entre ellos, los más mencionados son los colorantes artificiales y los saborizantes artificiales y también algunos conservadores.
¿Terapia dietética o no?
Debido a que en algunos estudios se ha visto que la terapia dietética definitivamente afecta favorablemente a algunos niños con ADHD puede valer la pena intentarlo.
Como cada niño puede ser sensible a distintos componentes de la alimentación, encontrar la dieta que ayude a cada uno puede requerir tiempo, paciencia y experimentación.
Se puede empezar eliminando sólo los alimentos que contengan colorantes artificiales (incluyendo pastillas de vitaminas, medicamentos y pasta de dientes) y saborizantes artificiales como vainillina o sabor a menta y tomando un registro diario de comportamiento y alimentos consumidos. Las dietas para ADHD pueden llegar a ser más restrictivas si se va comprobando la relación entre un alimento consumido y un día difícil en cuanto a comportamiento.
La intervención de un experto es indispensable, pues se ha visto que no existe una dieta que beneficie a todos los niños afectados por igual, si no que el mayor beneficio se obtiene de un tratamiento individualizado y probablemente en combinación con otras especialidades. Un tratamiento dietético debe permitir que el niño obtenga todos los nutrimentos necesarios de los alimentos. Es recomendable que la dieta no sea demasiado restrictiva, pues esto acarrearía problemas tanto nutricios como psicológicos.