Conducta inaceptable
Por: Sharon Rapoport
Los niños, en cada una de las etapas de la infancia, incurren en conductas que para los padres pueden resultar embarazosas o frustrantes. Hacer ruidosos berrinches en público, arrebatar juguetes a otros niños o interrumpir nuestras conversaciones telefónicas están dentro del repertorio. Y aunque amemos a nuestros hijos, estas conductas pueden poner a prueba la paciencia más grande, a la vez que nos hacen sentir vulnerables a las críticas de los demás.
Conductas embarazosas
La principal razón por la que los niños se comportan de manera inapropiada es para obtener atención. A los niños les encanta el público. Algunos niños creen, –a veces con razón-, que si hacen una escena cuando están con sus padres en una tienda o restaurante, éstos cederán a sus deseos con tal de evitar un escándalo en público.
Al presentarse la conducta desafiante, los padres tienen que establecer los límites de lo que consideran aceptable y la forma de manejarla. En ocasiones, inadvertidamente reforzamos conductas que en casa nos parecen tolerables o incluso graciosas, pero que en público nos incomodan. Sin embargo, en ocasiones realmente es difícil distinguir la conducta inaceptable y de la que forma parte el desarrollo normal.
Es importante considerar si las reglas que esperamos que los niños acaten son justas, y si por su edad y etapa de desarrollo tienen la capacidad de cumplirlas.
Técnicas de disciplina
Todos los niños incurren en conductas en cierta forma inaceptables para los adultos. Pero la forma en que reaccionemos afectará la persistencia de la conducta. Nota que ninguna de las técnicas siguientes incluyen el castigo físico (golpes o nalgadas), ni verbal (gritos o comentarios peyorativos). Una vez que haz aplicado cualquier técnica disciplinaria, incorpora al niño al círculo familiar sin más recriminaciones.
- Reestructurar el espacio. Modificar el ambiente del niño para eliminar el objeto o situación que puede ocasionar un problema. Por ejemplo, mover los objetos frágiles fuera de su alcance. Se puede aplicar desde los 8 meses de edad.
- Distraer o redirigir la atención del niño. Significa contrarrestar la tentación de incurrir en conductas molestas con otras opciones. Puede utilizarse dentro y fuera de casa. Las distracciones más efectivas son juguetes, comida, libros u otro tipo de actividades. Se puede aplicar desde los 8 meses.
- Ignorar la conducta. Es útil para eliminar las conductas inocuas como berrinches, lloriqueos o interrupciones. La manera correcta de hacerlo es alejarse del niño, darle la espalda, evitar mirarlo a los ojos, e interrumpir la conversación con él. Se puede aplicar desde los 8 meses.
- Desaprobación verbal o no verbal. La manera correcta de hacerlo es acercarse al niño, asumir una expresión facial seria, y darle una instrucción breve y directa como “no” o “alto”, con un tono de voz moderado, pero que exprese tu desaprobación. Puedes subrayarla con gestos físicos como mover el dedo o la cabeza. Muéstrale lo que sí puede hacer. Se puede aplicar desde los 4 meses.
- Tiempo-fuera o aislamiento social. Consiste en interrumpir la conducta inaceptable al remover al niño del área de problema y llevarlo a una silla o cuarto más o menos aislado. Tiene la ventaja de proporcionar un periodo de enfriamiento para que padre e hijo controlen sus emociones. Es efectiva entre los 8 meses de edad y los 5 años, y debe aplicarse a razón de 1 minuto por año de edad del niño. De los 8 a los 18 meses puede aplicarse en un corral, hasta los 3 años en una silla y entre los 3 y los 5 en un cuarto.
- Consecuencias naturales. Estas son el resultado negativo de las acciones del niño, y le permiten aprender las leyes del mundo físico. Por ejemplo, llegar tarde a cenar significa que la cena estará fría, romper un juguete intencionalmente significa que ya no podrá jugar con él. La única restricción es no permitirles incurrir en conducta que pudiera ser peligrosa. Pueden enseñarse a partir de los 3 años.
- Consecuencias lógicas. Estas le permiten aprender al niño la realidad del orden social. Por ejemplo, si hace mal uso de sus juguetes, sus padres se los quitarán temporalmente, o si tiran intencionalmente la leche tendrán que limpiarla. Pueden aplicarse a partir de los 3 años.
- Restringir los lugares donde el niño puede incurrir en la conducta. Es especialmente útil para problemas de conducta que no pueden eliminarse, como por ejemplo, permitirle chuparse el dedo o meter el dedo a la nariz en su cuarto únicamente. A partir de los 3 años.
- Refuerzo positivo. Nota la conducta deseable de tu hijo, y refuérzala con comentarios como: “Me gustó la forma en que…” Esta es la mejor manera de disminuir la recurrencia de la conducta inaceptable. Muéstrate afectuoso con tu hijo frecuentemente.
CONDUCTAS MOLESTAS
Aquí encontrarás algunas de las conductas molestas más frecuentes en los niños y la forma correcta de aplicar algunas de las técnicas de disciplina:
Pintar en las paredes.
La regla: “No pintes en las paredes, porque es difícil limpiarlas”.
Técnica de disciplina: Las consecuencias lógicas son hacer que limpie la pared, y retirar temporalmente el privilegio de utilizar pinturas, crayones o marcadores.
Refuerzo positivo: Elógialo cuando pinte sobre papel.
Brincar en los muebles.
La regla: “No brinques en la cama, porque puedes lastimarte”.
Técnica de disciplina: Redirige al niño a otro tipo de juego –de ser posible, que involucre brincar.
Refuerzo positivo: Felicítalo cuando juegue en su cuarto sin brincar en la cama.
Ignorar tus instrucciones.
Ejemplo: Sucede cuando el niño parece “no oírte”, ni querer seguir tus sugerencias.
La regla: “Escucha lo que digo, porque lo diré una sola vez”
Técnica de disciplina: Si tienes algo importante que decirle, acércate a él y haz contacto con los ojos antes de dar la instrucción. Si no la sigue, utiliza consecuencias naturales: no vestirse adecuadamente para el clima significa que tendrá frío, o consecuencias lógicas: no llegar a tiempo a cenar significa comida fría y lavar su propio plato.
No compartir juguetes.
Premisa: No podemos esperar que los niños compartan juguetes hasta los 3 ó 4 años de edad. La generosidad debe ser decisión del niño. Pero puedes iniciarlo en la idea con frases como “si compartes con otros niños, ellos compartirán contigo”.
Técnica de disciplina: Un niño no debe ser castigado por no compartir sus juguetes. Para prevenir problemas, no lleves más de un juguete al parque hasta que el niño alcance la edad en que sabe compartir. Recoge el juguete cuando tu hijo no lo esté utilizando para que ningún otro niño lo tome. Si se trata de un juguete que pertenece a toda la familia, retíralo temporalmente cuando los niños se rehúsen a tomar turnos para utilizarlo.
Refuerzo positivo: Felicita a tu hijo cuando comparta, y anímalo a hacerlo.
Modela. Hazle notar a tu hijo cuando tú compartes: “Te voy a dar la mitad de mi chocolate, eso es compartir” o “le presté un vestido a tu tía…”.
Hacer berrinches en lugares públicos para obtener lo que desean
La regla: “En el supermercado sólo compramos comida, no dulces”.
Técnica de disciplina: Ignora al niño y mantente firme. Si estás en un lugar seguro, sigue caminando hasta que el niño se vea obligado a ponerse de pie y seguirte. Si está cerca de objetos que se pueden romper, sácalo del lugar para un tiempo-fuera. Haz lo mismo si está molestando a otra gente (en lugares como el restaurante o iglesia).
Te interrumpe cuando hablas por teléfono
La regla: “No me interrumpas cuando hablo por teléfono porque no puedo oír lo que la otra persona me dice”.
Técnica de disciplina: Haz que tu hijo escoja algunos juguetes especiales de antemano, y ponlos cerca del teléfono para distraerlo. Si el niño sigue interrumpiendo, pide a tu interlocutor que espere (o cuelga), dale un tiempo fuera al niño y continua tu llamada.
Refuerzo positivo: Elogia al niño cuando esté callado mientras hablas. Sonríele mientras lo haces. Haz algo junto con él cuando termines tu conversación.