¿Es bueno evitar las discusiones de pareja?
Son inevitables: las discusiones de pareja son parte de la cotidianidad y puedes utilizarlas a tu favor para fortalecer la comunicación y por ende, la relación. Sólo tienes que ser más lista que el coraje que traes en el estómago.
Las peleas más comunes
- Educación en los hijos: se trata de la manera en que fuimos criados, cada quien en su casa, con sus propias reglas y valores. ¿Cómo llegar al punto medio?
- Salidas con los amigos. Esto pasa muuuucho cuando son novios pero no deja de ser un tema si no se llega a un acuerdo. Este punto puede resolverse con acuerdos de escapadas de vez en cuando y, en especial, con mucha confianza en el otro.
- Celos y redes sociales: lo celos pueden permear desde la manera en que se viste al otro hasta el like que le pusieron en la foto de Facebook.
- Convivencia: al parecer después de 10 años de casadas muchas mujeres siguen sufriendo que su marido deje la toalla húmeda en el baño. Las discusiones en pareja vienen mucho en la cotidianidad de nuestras mañanas y en no querer hacer un pequeño esfuerzo por el otro.
- Dinero: ¿cuánto se gana, cuánto se gasta, cuánto se supondría que se debería ganar…? Todo esto es más importante de lo que se imagina y debe de hablarse con claridad.
- Deberes: quién saca la basura, quién recoge o lleva a los niños, quién lava la ropa…
Ten cuidado si…
En un interesantísimo artículo de Clarín de Argentina, se explica que una actitud muy peligrosa en un pleito es el desprecio. Cuando hacemos comentarios con esta intención, es probable que comencemos a sentir al otro devaluado y esto, tarde o temprano, termina por desgastar muchísimo la relación. Así que obsérvate y mira cómo peleas.
¿Valen la pena todos esos gritos y sombrerazos? Bien dice el dicho que hay que elegir nuestras batallas, ¿cuáles son las que tú pelearías?
Discusiones de pareja: lado positivo
El otro no es adivino, así que debemos de comunicarnos y a veces vamos a pelear por poner nuestro punto en la mesa.
Expertos sugieren que hay que poner reglas para discutir: nunca insultar, en el momento en el que no se esté llegando a ningún acuerdo detenerse un poco, tener turnos para hablar. Siempre hay que respetar esto y si sientes que de plano las discusiones de pareja se están pasando de lo normal, es buena idea buscar terapia juntos, ¿por qué? Porque al haber un mediador es probable que escuchemos mejor al otro, si no es que ya aprendimos a hacerlo.
No todo es miel sobre hojuelas, ¡ya lo sabes! Pero tampoco te asustes por algunas peleas, ¡mejor aprovéchalas para saber qué quiere el otro y qué estás dispuesta a ceder tú!