Comparte quehaceres
Más que una ayuda, compartir los quehaceres con tus hijos, es un medio educativo a través del cual les das herramientas para su desarrollo. Montserrat Ferragut
Asistir a tus hijos en los quehaceres parecería que es trabajar doble. Finalmente tu hijo de dos años posiblemente no haga el mejor trabajo o el más limpio, pero darle una pequeña responsabilidad, va a representar la base para crear buenos hábitos y asumir responsabilidades en el futuro.
Además, el tener un quehacer para cada uno de tus hijos, los hace sentirse parte de la familia y valorados por su contribución. Cuando estés asignando quehaceres toma los siguientes puntos en cuenta:
Elige quehaceres apropiados para su edad.
Asegúrate de elegir quehaceres sencillos y claros, ya que tu hijo pequeño aún no tiene la capacidad cognitiva para entender una tarea compleja que pueda consistir en diversos elementos. Por ejemplo: decirle que vaya a limpiar su cuarto es una tarea muy ambigua, él necesita escuchar órdenes muy específicas como poner la ropa sucia en el cesto, guardar los juguetes en su lugar, etcétera.
A lo largo del día puedes ir asignando pequeños quehaceres como colocar su plato sobre la mesa antes de comer, colocar su
cepillo de dientes en el vaso correspondiente, etcétera.
Los niños pequeños quieren ser como mamá y papá, por lo que es fundamental estar conscientes de nuestro poder como modelos. Muy probablemente van a querer hacer lo que decidamos hacer. Deja que tus hijos sean tus asistentes en lo que hagas. Si estás limpiando la mesa dales una esponja para que te apoyen y muy probablemente van a estar encantado(a)s de poder ser útiles. Ellos están constantemente aprendiendo de todo lo que ven y escuchan.
Mantén las instrucciones simples.
Antes de que tu hijo asuma un quehacer, enséñale cómo realizarlo haciéndolo con él paso a paso. Por ejemplo: le puedes enseñar cómo dividir la ropa en dos montones antes de lavar, uno de ropa blanca y otro de color. Recuerda que a esta edad, los quehaceres no deben de ser tan complicados que requieran de muchas explicaciones. Cualquier explicación que tome más de un minuto, es probablemente muy complicada para que tu hijo pequeño la lleve a cabo.
Ten paciencia, evita intervenir de inmediato.
Cuando tu hijo intenta un quehacer por si sólo por primera vez, ten paciencia. Al intervenir demasiado pronto para ayudarlo, le estás transmitiendo el mensaje de que piensas que NO es capaz de hacerlo por sí mismo.
Nunca minimices sus esfuerzos. Si quieres ofrecer una sugerencia, hazlo con delicadeza. En lugar de decir: “No, eso esta mal”, puedes tratar de decir “Estas haciendo un excelente trabajo separando la ropa, me gustaría poner los calcetines cafés con la ropa de color, ya que son más oscuros”.
Haz que la ayuda sea un hábito.
Crea una rutina en la casa para que todos los integrantes participen en los quehaceres de forma cotidiana. Por ejemplo, tus hijos pueden tener la responsabilidad de guardar su pijama en la mañana y guardar sus juguetes por las tardes, pero además de esto, sería bueno durante la semana, involucrarlo en quehaceres mayores como ayudar a sacudir.
Es muy útil colocar a la vista una lista de todos los quehaceres de la casa y del responsable de realizarlos. De esta forma tus hijos aprenden que todos en la familia contribuyen a mantener en orden la casa.
Como algunos de tus hijos puede que aún no lean, sería recomendable hacer esta lista con dibujos y posiblemente asignarle un color a cada quien para que puedan identificar y entender la gráfica de quehaceres. Conforme se vayan realizando los quehaceres, puedes utilizar estrellitas en la gráfica para motivarlos a continuar. Recuerda que los quehaceres se tienen que ir reajustando según la edad y las capacidades de tus hijos.
Uno de los mejores incentivos para tus hijos es poder pasar más tiempo contigo, entonces no los mandes a hacer quehaceres solo, hasta que estén más grandes y con mayor experiencia. Aunque su función sea recoger juguetes en su cuarto, mantente cerca y platica con él. Va a apreciar tu compañía y lo puedes motivar si notas que está perdiendo interés. Hazle su trabajo más sencillo ofreciéndole acceso fácil, por ejemplo: colocar sus juguetes en contenedores de plástico a su nivel.
Probablemente tu hijo va a aprender a realizar los quehaceres con gusto si los haces divertidos y accesibles, como teniendo una escoba y un recogedor de su tamaño. Si él empieza a ver estas tareas como una carga, evítalo. Trata de convertirlo en un juego, realiza competencias e inventa canciones graciosas que se relacionen con la actividad que esté realizando.
Asegúrate de reafirmarle a tu hijo sobre el buen trabajo que está haciendo y de recordarle lo mucho que te está ayudando. No olvides señalar los beneficios del trabajo que está realizando. Si está limpiando la mesa de la cocina, le puedes decir “La mesa va a estar limpia cuando nos sentemos a cena, que bien.” Esto le da un sentido de logro y le enseña lo importante que es su contribución.
No esperes perfección.
Ningún niño va a realizar todos los quehaceres con entusiasmo siempre, y menos un niño de 2 o 3 años. Al igual que los adultos, los niños tienen otras actividades que les gustaría realizar en lugar de éstos. Si necesitas recordarles de sus quehaceres hazlo con amabilidad, los reclamos nunca funcionan. Puedes decir: ”Es hora de recoger los juguetes, después podemos leer un cuento.”
Parte del propósito de crear estas pequeñas responsabilidades en casa, es el desarrollo de la iniciativa en tu hijo, entonces trata de evitar controlar todo. Acepta que el quehacer no se va a realizar con perfección a esta edad.Y sobre todo, ten presente que tu hijo tiene un largo camino que recorrer y suficiente tiempo para aprender a realizar diferentes tareas y asumir responsabilidades que lo van a beneficiar durante toda su vida.