Los abuelos: un vínculo fuerte
La importancia de los abuelos
Los abuelos son los únicos miembros de la familia que disponen de tiempo y pueden darse el lujo de convivir largos ratos con sus nietos. Pero aunque ahora los abuelos pasan más tiempo en casa y constituyen un gran apoyo para los padres, sobre todo para los que trabajan, no son los que se encargan de la educación de los niños. La responsabilidad de educar está a cargo de los padres, y los abuelos deben ser respetuosos en ese sentido.
La tarea de los abuelos consiste en dar cariño y apoyo a los nietos a través de la convivencia. Los abuelos son un ejemplo de vida para ellos y pueden enriquecer su vida enormemente, pero generalmente se mantienen al margen de la educación, a menos que, por alguna razón, los padres lleguen a faltar. Cuando un padre regaña a su hijo, por ejemplo, el pequeño corre con sus abuelos para que lo apapachen y para que le pregunten cariñosamente ¿por qué lloras? y eso ayuda a confortarlo, pero lo demás corresponde a los padres, sobre todo para no entrar en conflictos. Mientras comprendan a sus hijos (los padres), sean tolerantes con ellos y aporten consejos sin dar órdenes, es decir sin tratar de imponerse, jugarán un papel armonizador dentro del equilibrio familiar.
Los abuelos son una guía espiritual para los hijos y los nietos debido a la enorme experiencia con que cuentan. De ahí la importancia de saber escucharlos y darles el lugar que ellos merecen. Los abuelos son un fuerte pilar emocional para los niños y les brindan además una gran seguridad. Los lazos que los abuelos van formando entre los miembros de la familia son básicos para crear una relación de convivencia, la cual nos permite lograr una sensación de pertenencia.
Además los abuelos nos dejan ver que existe un pasado común, una historia que nos une. Gracias a ellos los niños se dan cuenta que la vida no empieza y acaba en ellos, entienden que hay una antes y un después de ellos. Los abuelos aportan a los niños una idea del paso del tiempo, que les ayuda a ubicarse.
Los abuelos, que son los iniciadores de la familia, son nuestra raíz más profunda, ya que nos dan continuidad; ellos son el primer eslabón dentro de la cadena familiar. Los fuertes vínculos que se establecen entre abuelos y nietos son muy importantes, ya que los abuelos son los mejores ofreciendo afecto, confianza y cariño, así que no neguemos a nuestros hijos el privilegio de convivir con sus abuelos.
Un trato digno
Hay muchas formas de llamar a los abuelos: abue, abuelito/a, tata… y los más fríos se refieren a ellos como ancianos, adultos mayores, personas de la tercera edad, etc., pero lo importante no es cómo denominemos a los abuelos, sino que les ayudemos a llevar una vida digna y que siempre les demos un trato amable, decoroso y con el debido respeto.
No sabemos si estarán con nosotros muchos o pocos años, pero en el tiempo que quede, nuestra obligación y deber moral, independientemente de los principios religiosos que tengamos, es estar con ellos en el sentido absoluto de estar, que es compartir, convivir, escucharlos, platicar e integrarlos realmente al entorno familiar en el que estamos.
Tristemente en muchos casos se les asigna un lugar dentro de la casa en el que están como recluidos, como si se tratara de un objeto decorativo pero en desuso, cuando en realidad no hay nada que pueda embellecer más un hogar que el tener a nuestros viejos con nosotros, formando parte de la familia. Y si se encuentran todavía en su propia casa, hay que darles nuestra atención, como estamos moralmente obligados a ello.
Pensemos que el tiempo no se detendrá para nosotros, porque nosotros y también nuestros hijos, llegaremos a esa etapa de la vida. Desafortunadamente para muchas personas los abuelos representan una carga y muchas veces queda en evidencia la falta de calidad humana y espiritual. Pero piensa un poco: ¿Cómo quisieras ser tratado al llegar a ella?