¿Se vale comparar?
A veces ni cuenta te das pero lo hacemos: tendemos a comparar. Y quizá no se haga de manera consciente o literal, pero estar repitiendo y repitiendo halagos hacia uno mientras que al otro no, da una sensación de preferencia.
Cuidado con el lenguaje
“¿Por qué no aprendes de tu hermano que _________?”
“Mira cómo se comporta tu hermana, ¿por qué no puedes ser así?”
“Tan bien portado.”
“Es tan inteligente.”
Es totalmente normal que el pequeño se compare con el otro y querrá parecérsele o bien, rebelarse totalmente. Sería también común que desarrollara celos y que su autoestima se cayera al suelo.
Esta es una gran razón para estar monitoreando el comportamiento que tenemos y observarnos para detener esta tendencia de comparar sin comparar.