Un niño feliz a los tres años
Han pasado los terribles dos, ¡finalmente! Pero ahora que llegaron los tres años la vida ha cambiado. Su relación evolucionará. Los berrinches han disminuido, habla con más claridad, todo está más relajado pero te das cuenta de que aún no deja de ser chiquito.
Es un gran momento para establecer cómo será su relación y marcar pautas importantísimas en su desarrollo.
Recordatorios a los tres años
- Aprende a cumplir. No se trata sólo de regañar y castigar, también de cumplir tu palabra, tanto en castigos como en promesas divertidas.
- Enfócate en lo positivo. Si bien trata de no hacerlo sentir que lo merece todo sólo por su linda cara, sí hazlo sentir importante y reconocido. ¿Cómo se hace esto? Enfócate en lo positivo y explícale lo negativo. También que, por ejemplo, no puede tenerlo todo o que algunas cosas requieren esfuerzo y dedicación.
- Responsabilidad y consecuencias. Es una etapa ideal para que aprenda que por cada acción hay consecuencias, aunque unas sean más sencillas que las otras. Por ejemplo: limpiar nos hace vivir en un espacio más cómodo ¡y hasta podemos andar descalzo! Tener una recámara sucia hará que todos estén más incómodos y que siempre tenga que andar calzado.
- Enseña con el ejemplo. Ellos imitan y querrán ser como tú, aprovecha eso.
- No eres perfecta ni él tampoco. Relájate y disfruta esta etapa.
- Engancharte no sirve de nada. Los berrinches no van a desaparecer de un día para otro y, mucho menos, para siempre. Así que si te enganchas en su mal comportamiento, lo refuerzas. Recuerda lo que nuestra experta nos aconseja: llevarlo a un espacio de calma y dejar que se tranquilice.
- No olvides que él no manda. Está bien darle responsabilidades pero que no se convierta en un adultito, ¡déjalo ser niño!
Que vivas una gran etapa, ¡estos momentos no regresan! ¡Felices tres años!