Método de crianza Inuit: ¿de verdad sirve?
A veces se nos olvidan las enseñanzas ancestrales de tribus originales de nuestro, tal cual las tribus Inuit, que viven en el norte de América.
Esta forma de crianza llegó al mundo moderno (y digital) gracias a la antropóloga Jean Briggs, quien descubrió cómo estas comunidades de Alaska y Canadá tenían excelente resultados en el comportamiento de los niños pequeños… sin subir el tono de voz.
Jean pasó muchos meses con estos Frist Nations y pudo constatar que había pocos gritos y mucho entendimiento entre las familias.
Sus estudios se concentraron en ese hallazgo: el control de la ira de los adultos. Y pronto descubrió qué pasaba con los más pequeños.
En su libro Never in Anger la investigadora confesó lo mucho que aprendió de sí misma al observar a estos seres inuit: “Mi forma de ser era mucho más cruda, menos considerada y más impulsiva”, escribe Jean.
Se maravilló con lo amorosos que eran los padres con sus hijos, incluso tienen un besito especial para los bebes: ponen la nariz sobre su mejilla y huelen a profundidad su piel.
¿En qué consiste el método Inuit?
En realidad es un conjunto de pasos que llevan al mismo lugar. Para empezar, está el control de emociones de los padres. Cuando un pequeño está haciendo berrinche, el padre mantiene la calma sin dejarse arrastrar por la frustración.
El segundo paso es contar historias en donde hay una moraleja: cuáles son las consecuencias de cierto acto que tiene que ver con el comportamiento del niño.
De hecho, tienen historias ya clásicas para cada peligro: cuando no escuchan a los padres, de meterse al mar, etc.
La regla de oro: No grites ni le grites a un niño pequeño.
Otra forma de enseñarles la lección es dejarlos hacer la pataleta en su recámara (un lugar controlado) y cuando se baje, papá o mamá ¡lo imitan! De este modo, al niño ver a su mamá haciendo el mismo berrinche, puede hacerles reflexionar de todo lo que sucede. “La idea es darle al niño experiencias que lo llevarán a desarrollar un pensamiento racional”, afirmó Briggs (quien murió hace pocos años: en 2016).
La manera en que los Inuit ven los berrinches es distinta a cómo se mira en casi todo el mundo: “no están midiendo tu aguante o tratando de molestarte. Hay algo que les perturba y es tu tarea averiguar qué”. La estadounidense notó que el tan socorrido “tiempo fuera” de su cultura no existía en Alaska. Con este método muestras al niño sobre el control de la ira al hacerlo tú como padre.
Esta forma de crianza hace niños más conscientes de sus emociones pero también de las consecuencias que podría tener el perder los estribos, entre ellas lastimarse y/o lastimar a los demás.
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