¿Cuándo enseñar higiene personal a los niños?
Los buenos hábitos hay que promoverlos desde pequeñitos y la higiene personal no es excepción.
La higiene personal no trata únicamente de verse bien, también es salud. Por un lado, cuidarse, es una manera magnífica de enseñarles de autoestima, pero también de independencia y disciplina. Por el otro, hay que incentivar el hábito por salud: hay muchos virus y bacterias se transmiten por cocinar o comer con las manos sucias.
No hay motivo para alarmarse ni de hacer a los niños unos maniáticos de la higiene personal, simplemente con que realicen ciertas acciones, estarán del otro lado.
- Lavarse las manos ¡y poner atención en las uñas! Al jugar con tierra y pasto, puede meterse mucho en estas zonas de difícil acceso. La mejor etapa para comenzar con el hábito es entre el año y el año y medio.
- Es importante que ellos tengan sus propias cosas: su cepillo, su pasta, su shampoo, peine y toalla. También los enseña a respetar los de los demás.
- Peinarse es básico, se hayan lavado el pelo o no. Ir a la escuela con nudos en la cabeza podría provocarle vergüenza o burlas…
- El baño diario es un gran hábito de higiene personal. Déjalo que vaya aprendiendo a lavarse solo, aunque habrá días en que quieras hacerlo rápido. Los chicos pasarán por etapas de no querer ducharse, es normal, ten paciencia y no bajes la guardia.
- Para lavarse los dientes es importante las clases prácticas: que te vea cómo lo haces y después que lo intente él mismo. Se sentirá mejor hacerlo al mismo tiempo que tú. Muéstrale los movimientos correctos y tomen su tiempo. A los tres años serán capaces de hacerlo solitos.
- Hay que saber cómo limpiar la nariz y no, metiéndose un dedo no es lo más adecuado. Los pequeños tienen que aprender la técnica adecuada a su edad y que sí, hay que mantener libre de moquitos.
- ¡A cortarse las uñas! Es también muy importante que tus pequeños aprendan que las manos y los pies requieren de mantenimiento para lucir muy pulcros.
¡No hay que olvidar!
Parte de la higiene personal es traer ropa limpia, que huela bien, sin roturas y planchada.