Salud Reproductiva en México
Noviembre es el mes de la Salud Reproductiva en México y en ese marco el Dr. Johnatan Torres, Colegiado Titular del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia, discutió los avances que se han logrado en México para mejorar la salud materna.
De acuerdo al Dr. Torres, desde 2008[1] México ha puesto en práctica una serie de políticas públicas para mejorar el acceso de las mujeres a servicios de salud, tal como el acceso universal a la atención obstétrica, con el fin de disminuir la mortalidad materna.
A pesar de estos esfuerzos, aún se registran altos índices de muerte materna en el país. En 2014, el INEGI registró 5,501 muertes de mujeres por afectaciones originadas en el periodo perinatal[2], al día de hoy el Estado de México, Ciudad de México, Chiapas y Puebla[3] son las entidades con mayor número de defunciones femeninas por causas obstétricas directas o indirectas después de los 42 días siguientes a la terminación del embarazo. En lo que va del año se han registrado 656 muertes maternas a nivel nacional[4].
“La preeclampsia es la principal causa de muerte materna en México y América Latina. En nuestro país, el porcentaje de mujeres que padecen
preeclampsia o hipertensión arterial es entre el 10 y 14 %[5], lo que se traduce en 300 muertes por año”, explicó el Dr. Torres. “De hecho, el índice de mortalidad materna en México es tres veces mayor al de otras naciones latinoamericanas, como Chile[6], Uruguay[7] y Costa Rica[8]”, agregó.
La preeclampsia es un padecimiento que se presenta dentro del embarazo y altera el sistema circulatorio, generando estragos en la salud de la madre y el feto. En la sintomatología se encuentran dolores de cabeza, hinchazón, visión borrosa y malestar general. Sin embargo, un gran porcentaje de mujeres que la padecen no presentan síntomas, razón por la cual en muchas ocasiones se detecta en etapas avanzadas. Esto la vuelve aún más peligrosa y, en consecuencia, implica mayores complicaciones para la madre y el feto, como el síndrome de HELLP. La preeclampsia no diagnosticada a tiempo puede provocar que las madres sufran convulsiones graves, hemorragias cerebrales, ceguera e incluso causar la muerte tanto de la madre como del feto.
Para prevenir estas consecuencias, la detección temprana de la enfermedad es imprescindible. La prueba de detección precoz en el primer trimestre del embarazo (que involucra marcadores bioquímicos, ultrasonográficos, historia materna y presión arterial) es la forma más precisa y eficaz para identificar si una mujer está en riesgo de desarrollar preeclampsia. Las mujeres deben hacerse estas pruebas a finales del primer trimestre, y si presentan riesgo de desarrollarla, los médicos podrán tomar las medidas adecuadas.
“La preeclampsia puede ser una condición relacionada con el embarazo, pero sus futuras manifestaciones en la vida de los pacientes no pueden ser ignoradas y deben tomarse las medidas apropiadas” puntualizó el Dr. Johnatan Torres.