¡No conviertas a tus hijos en Ninis!
Falta mucho para que tu hijo termine la educación obligatoria pero, ¿su futuro depende de él o de ti? ¿Será parte del grupo de Ninis?
La educación hace que la vida sea más fácil o difícil para los seres humanos, nos incluye en espacios y aspectos diversos. Y aunque sacar dieces no es suficiente, asistir a la escuela le muestra al chico cómo integrarse a la sociedad, cómo resolver problemas y cómo poner en práctica las herramientas obtenidas en el salón de clases.
Según estudios del INEGI del 2011, 3.76 millones de personas de 15 a 24 años de edad formaban parte de la población no económicamente activa (PNEA). A ellos se les considera Ninis: jóvenes que ni estudian ni trabajan.
También un estudio de esa institución señala que hay tres factores determinantes para el que un joven siga este camino:
- el lugar donde vive,
- el entorno familiar y
- su personalidad.
Entre estos chavos que no hacen mucho, están algunos (en especial “algunas”) que se dedican al hogar porque… simplemente no tienen otra opción.
De acuerdo a una publicación de la revista Forbes, los Ninis cuestan alrededor de $194,000 millones de pesos anuales al gobierno, es decir, eso es lo que dejan de generar por no producir ni estudiar.
Es muy preocupante el dato, pues si lo comparamos con otros países, México ocupa el quinto lugar con mayor número de jóvenes entre 15 y 29 años que hacen… nada.
¡No queremos eso!
Para muchos jóvenes, la educación no es una garantía de prosperidad económica futura, hasta que, claro, se enfrentan a la realidad: mientras menos preparados estén, más posibilidades tienen de ser desempleados. También hay que decir que la posibilidad de migrar “al otro lado” ha quedado de lado ante las políticas actuales de Estados Unidos, así que los chicos se han quedado sin estas opciones que en un muchas entidades de México hasta tradición eran.
Triste y peligrosamente, hay pocas posibilidades reales para los chicos sin preparación.
Según un artículo de Nexos, “La crisis de seguridad y financiera que vivió México entre 2007 y 2010 arrojó varias lecciones. La primera es que los jóvenes, en especial los de baja escolaridad, son los más vulnerables tanto a perder el empleo como a ser orillados o atraídos al crimen organizado…”
¿Cuál es la respuesta ante esta terrible realidad? Simplemente pensar en su futuro, y para que no sea pesado, ¡hay que empezar hoy!