El respeto SÍ importa
Por: Montserrat Ferragut
Enséñales a tus hijos a respetar dándoles el ejemplo
Escuchamos con frecuencia cómo los niños de hoy no se respetan a sí mismos ni a los demás por ello es nuestra responsabilidad enseñarles a nuestros hijos a ser respetuosos. Los padres que adoptan una crianza respetuosa son capaces de transmitir este valor a sus hijos.
Cuando un niño de dos años grita que quiere algo, ésta es una oportunidad para enseñarle un comportamiento respetuoso. No se trata de una lucha de poder para asegurarte que pida bien las cosas, sino del momento para describir lo que es ser respetuoso y lo que no lo es.
Elementos básicos para criar hijos respetuosos
Extiende el respeto hacia tu hijo y hacia la gente en general. Tu hijo te está observando y va a imitar tu comportamiento. Si vas gritándole a todo el que se te pone enfrente, no te sorprendas si tu pequeño hace lo mismo.
Háblale a tu hijo sobre las cualidades que hacen a una persona ser un buen modelo a seguir. Utiliza a personas reales como ejemplo de buenos modelos a seguir y de los no tan buenos.
Monitorea las influencias de tu hijo. Cuando los niños son pequeños es más fácil detener alguna actividad o influir en la elección de amistades.
Discute el comportamiento de otros y tus valores en relación a este comportamiento. Los niños mayores van a necesitar aprender las habilidades necesarias para adaptarse a otros niños que no tengan sus mismos valores.
Refuerza positivamente la habilidad de tu hijo para tomar sus propias decisiones. Para ser líder se requiere valor y apoyo.
Autoestima
La autoestima de tu hijo viene de hacer buenas acciones y de triunfar en los retos de la vida. Por ejemplo: cuando un niño de tres años domina subirse el cierre de la chamarra o la niña de 8 años es elegida para un festival, se siente bien acerca de su persona. El reconocimiento generalizado, así como decirles “qué linda niña”, “eres lo máximo”, no tiene el mismo impacto que cuando se es específico.
Cuando reconozcas algo y lo quieras reforzar positivamente, sé específica. Una retroalimentación real sobre algún logro hace que la autoestima de tu hijo crezca.
Motiva a tu hijo a que persevere, especialmente cuando los retos parecen inalcanzables.
Evita recompensar a tu hijo por las cosas que son esperadas que haga, como limpiar su cuarto o ayudarte a recoger sus juguetes. Puede parecer que estás sorprendida de que haga lo que le corresponde, aunque siempre puedes agradecerle que lo haga. Nunca está de más dar las gracias.
Cuando tu hijo no esté tranquilo será más fácil discutir los comportamientos que esperas de él o ella ante un conflicto.
Déjale saber a tu hijo que valoras mucho el respeto, a través de tus palabras y tus acciones.