Comunícate ¡jugando!
La convivencia con tu hijo es vital para establecer una buena comunicación, descubre a través del juego sus habilidades, demuéstrale tu amor y con ello, dale seguridad. Por: Maricarmen López
El nacimiento de tu bebé trae consigo dudas y preocupaciones que van desde lo más trivial hasta lo más complejo, como por ejemplo, cómo te comunicarás con él durante los primeros meses de vida o cómo harás para ayudarlo a lograr su máximo desarrollo tanto físico como intelectual y emocional.
Lo anterior puede parecer una misión difícil, pero no es así. Anna Freud, psicóloga e hija de Sigmund Freud es a menudo recordada por su afirmación de que jugar es el trabajo de los niños, pues se trata de la tarea que con más satisfacción ejecutan y que facilita su desarrollo, de ahí que represente también la mejor oportunidad para convivir con él, para transmitirle valores y hacerle sentir lo mucho que lo amas.
Lilia Joya, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que el juego es una forma de expresión para los niños que les permite socializar, aprender y desarrollar habilidades físicas y mentales:
“Jugar no es nada más divertirse, ya que estimula los sentidos del niño, en especial la visión, el tacto y el oído. Incrementa su poder de observación, desarrolla y practica la coordinación y otras habilidades”.
Durante el primer año de vida, especialmente, la estimulación de las esferas cognitiva, motriz, del lenguaje y social, logran su máximo desarrollo y el juego desempeña un papel preponderante. Es tan importante, que privarlo de esta oportunidad puede ocasionarle a largo plazo dificultades en el aprendizaje”.
Para lograr un buen ambiente de juego:**
- Juega espontáneo, jugar no sigue ninguna regla
- Para el niño, jugar forma parte de su realidad
- Tu hijo se centra más en el proceso del juego, que en el hecho de conseguir algo; más en cómo se juega, que en el propósito del juego
- Los jugadores dominan la actividad
- Jugar requiere que los jugadores se impliquen activamente
**Tomado del libro Jugar y Aprender, Editorial Paidós
Aprenden mientras juegan
Salvo algunas excepciones, los bebés nacen con un potencial ilimitado y tu tarea es estimularlo para lograr su máximo desarrollo. Diversas investigaciones demuestran que ocho semanas después de la concepción, un feto tiene actividad cerebral, lo cual explica que desde el nacimiento tu bebé esté listo para aprender y conocer el mundo en el que vivirá.
Los primeros cinco años de vida son fundamentales para el desarrollo del lenguaje y de la capacidad de aprendizaje.