8 secretos de las familias sólidas
Muchos de nosotros quisiéramos saber cuál es el secreto de las familias sólidas: aquellas que hacen que los momentos buenos sean mejores y los tiempos difíciles más llevaderos. Las familias que frecuentemente hablan de “nosotros”, pero en las que el “yo” nunca se olvida.
Los investigadores de la vida familiar han encontrado una y otra vez que las familias sólidas se apoyan en los siguientes principios:
1.“Nos apreciamos, nos queremos”. Cuando se trata de familias sólidas, los lazos emocionales entre sus miembros son positivos. Éstos sienten un afecto profundo entre sí y se lo comunican frecuentemente. Expresar gratitud por las cosas que los demás hacen por nosotros construye una atmósfera positiva que nutre los lazos de unión. Las críticas se ofrecen suavemente. Al atacar verbalmente a los seres queridos, causamos dolor y recuerdos difíciles de borrar. Trata de equilibrar cada interacción negativa con diez positivas. Y recuerda que si puedes ser amable con los extraños, puedes serlo con tu propia gente.
2.“La familia es primero”. En las familias sólidas hay un gran apoyo. Están comprometidas con sus miembros por encima del trabajo y los eventos sociales. Esta actitud comienza con un lazo de lealtad entre la pareja, pero las familias de un solo padre pueden ser tan exitosas como las demás en la tarea de criar niños emocionalmente fuertes, si hacen de su vida familiar la prioridad. El compromiso describe una clase de amor especial, que no está sujeto a cambios de ánimo, las dificultades y el paso del tiempo. Pero aunque valoran a la familia como una unidad, las familias sólidas no pierden de vista el valor individual de cada miembro.
3.“Hablamos de todo, y de nada”. La forma de comunicación más frecuente en las familias es la espontánea, aquélla que sucede en el auto, en la mesa o mientras vemos televisión. También puede ser la forma más importante de comunicación. No es forzada: simplemente escuchamos y disfrutamos de la conversación. Si los miembros de la familia se sienten cómodos cuando están juntos, surgen todo tipo de temas y pueden abordarse de manera relajada. La comunicación funciona mejor cuando se habla de manera directa, evitando las culpas o condenas, buscando el avance de la relación, no su destrucción. Recuerda que siempre existe una forma positiva de decir lo que queremos.
4.“Estamos de acuerdo en estar en desacuerdo”. Aunque los miembros de la familia no compartan opiniones en cuanto a ciertos temas, los miembros de las familias fuertes no permiten que este tipo de situación se convierta en una batalla, sino en una oportunidad para compartir puntos de vista y crecer. Las familias problemáticas tienden a ser extremadamente críticas u hostiles en su comunicación o, por el contrario, a negar problemas y evitar el conflicto. El punto medio, en el que los miembros de la familia hablan honestamente sobre sus diferencias y pueden acordar estar en desacuerdo, funciona mejor. En la comunicación positiva no se trata de ganar o perder discusiones, se trata de trabajar juntos como familia para obtener lo mejor para cada quien. Quizá la mejor forma de prevenir dificultades de comunicación en la familia sea aprender a escuchar con atención. Haz preguntas y no intentes leer la mente de los demás. Los puntos de vista de la gente pueden cambiar con el tiempo y la única forma de averiguarlo es preguntando.
5.“Somos democráticos”. Evidentemente, los padres están a cargo de la familia y en ocasiones tendrán que tomar las decisiones finales concernientes a los niños o jóvenes. Esto debe hacerse con habilidad y cuidado, ya que a nadie —sin importar lo joven o inexperimentado que sea—, le gusta sentir que sus pensamientos o emociones no cuentan. Aun reconociendo el papel de liderazgo de los padres, las familias fuertes intentan compartir el proceso de toma de decisiones, aceptando soluciones que impliquen un compromiso de las partes.
6.“La pasamos bien cuando estamos juntos”. Los recuerdos felices de la infancia generalmente se centran en actividades compartidas con la familia. Simplemente estar juntos y deleitarse con la compañía del otro. Estas actividades no necesariamente tienen que ser costosas. Son momentos fortuitos que ocurren cuando las personas que se aprecian pasan tiempo juntas. Las familias sólidas realizan un esfuerzo para encontrar tiempo para compartir. Algunas actividades familiares que ayudan a cimentar los lazos de unidad incluyen: comer, realizar las tareas del hogar, acudir a eventos deportivos, juegos de mesa, excursiones, campamentos y deportes al aire libre.
7.“Tenemos fe”. No importa cómo se le llame, existe un componente espiritual en las familias sólidas. Sus miembros sienten que su vida tiene un propósito, lo que se refleja en las cosas que hacen uno por el otro, y por su sana convivencia de manera cotidiana. Este tipo de sentido espiritual permite ver más allá de uno mismo para acercarse a las necesidades de los demás. Promueve la participación en organizaciones voluntarias y comités de padres, así como en proyectos individuales de ayuda a personas necesitadas.
8.“Lidiamos de manera efectiva con los problemas”. Las investigaciones en torno a las familias sólidas alrededor del mundo revelan métodos útiles para lidiar con el estrés y las crisis de la vida en una forma positiva. Los problemas no son individuales, sino que se contemplan como un reto para toda la familia. Cuando surgen las crisis, la familia aprende nuevas formas de operar y puede adoptar nuevos roles de manera flexible. Los esposos no permiten que eventos poco trascendentales —el tráfico o un mal día en el trabajo— les “hagan sudar”. Saben reír, saben llorar y saben que ambos son esenciales para mantener un equilibrio emocional en la familia.