Llegó un nuevo hermanito
Por: Montserrat Ferragut
Mientras los hermanos mayores pueden expresar su rivalidad y celo a través de discusiones, poniendo apodos negativos, molestando, empujando, pegando, o cualquier cosa para expresar su molestia hacia el hermano o hermana que le está quitando sus juguetes o la atención de mamá o papá, el de dos años no logra comprender exactamente lo que siente, ni sabe qué hacer con el nuevo integrante de la familia.
Desesperado por recuperar tu afecto y atención puede responder portándose inapropiadamente o teniendo regresiones en su desarrollo, por ejemplo: brincando en el sofá cuando estás tratando de amamantar, sentándose en la silla del bebé o rehusando ir al baño cuando ya lleva meses haciéndolo, hasta puede llegar a castigar al recién nacido pellizcándolo o arrebatándole su sonaja.
Recuerda que tu hijo era el centro de atención hasta hace poco y está pasando por muchas emociones confusas. Prepararlo para este cambio tan importante en su vida,puede facilitar la convivencia en casa y crear un ambiente más armonioso.
Qué puedes hacer antes de que llegue el bebé. Prepáralo para la llegada.
Un mes antes de la llegada del bebé, dile a tu hijo directa y sinceramente sobre el próximo nacimiento. Este es un buen momento para hablar de esto, ya que puede darse cuenta que se aproxima un cambio al observar tu vientre. Sentir el movimiento dentro de ti le ayuda a entender que hay un bebé adentro de mamá y ya no es un concepto abstracto. El decirle con poco tiempo del embarazo, es difícil de comprender y puede crear ansiedad por la espera de un evento que no llega.
Así mismo, es importante hablar sobre lo que va a ocurrir en la casa una vez que haya llegado el bebé. Mantén la explicación a un nivel simple, para que pueda comprender. Probablemente se lo vas a tener que repetir varias veces para lograr una comprensión real. Por ejemplo: “Cuando llegue el bebé, tu abuela te va a cuidar unos días mientras estamos en el hospital”.
Es importante reafirmarle en todo momento que nada de lo que pasa va a afectar lo mucho que lo quieres. Se puede empezar a sentir un tanto inseguro y es fundamental reafirmar el afecto que sientes por él. Deja que tu hijo te ayude a decorar. Déjalo que se involucre en pequeñas decisiones en cuanto al cuarto del bebé. Si tienes que hacer movimientos como cambiarlo de cuarto, hazlo unos meses antes del parto, para que no se sienta desplazado. También puedes posponer el entrenamiento para el control de esfínteres y relajarte en cuanto a discusiones sobre la comida.
Recuerda que puede llegar a tener ciertas regresiones en el desarrollo y vale la pena darle su tiempo para asimilar el cambio y retomar su camino.
Explícale lo que va a ocurrir una vez que comiences la labor de parto. Algunas semanas antes del hecho, hablen de forma sencilla y clara sobre el tiempo que vas a estar ausente y lo que va a ocurrir con él. Si es posible, deja que tu hijo te visite en el hospital, para que se sienta parte importante de la familia que está creciendo. Tómale fotos con el bebé haciendo énfasis de que es un momento muy importante en su vida, ya que se convirtió en el hermano grande. Algunas familias hacen una celebración por el nacimiento, en donde el bebé le trae a los hermanos un pequeño regalo.
Qué hacer una vez que el bebé llega a casa
Involucra a tu hijo en los quehaceres del bebé. Deja que te ayude, puede sorprenderte en lo mucho que puede hacer. Cuando bañes al bebé puede sostenerte la toalla o ayudarte a enjabonar los pies. Cuando llore, te puede ayudar a buscar el chupón. Si te dice que quiere sostener al bebé, siéntalo con almohadas en ambos lados de sus piernas y colócalo sobre su regazo. Manténte cerca y supervisando para que los dos estén protegidos.
En ocasiones, a los niños les gusta entretener a otros cantando, bailando o haciendo gestos; el bebé va a ser un excelente público para él. No sólo va a disfrutar la atención de los demás, sino también se va a sentir orgulloso de poderle sacar una sonrisa a su pequeño(a) hermano(a). Puedes hacerle énfasis en lo mucho que el bebé goza al verlo.
Si a tu hijo no le interesa ayudarte con los quehaceres del bebé, no lo fuerces. En ocasiones los niños prefieren ignorar al nuevo bebé durante el tiempo que se pueda. Evita insistir mucho en que desempeñe su rol de hermano grande. Posiblemente necesita más tiempo para asumir este rol.
Ofrécele un poco de tiempo todos los días para convivir solamente con él. Busca un momento en el que puedan dibujar algo, construir con los bloques o leer un cuento. Enséñale fotos de cuando él era bebé y explícale como él también necesitó mucha atención cuando era bebé. Esto lo puede ayudar a entender por qué necesitas pasar tanto tiempo con el bebé. Platiquen sobre las ventajas de ser más grande como poder hablar y expresarse con mayor facilidad, caminar e ir donde él quiera, vestirse y comer sólo, no depender de los demás para esto, y todas las cosas interesantes que puede hacer.
Es natural que se sienta celoso al tenerte que compartir con alguien que requiere tanto tiempo y atención. En lugar de regañarlo por su comportamiento, reconoce sus emociones. Por ejemplo: “Entiendo que te gustaría que no pasara tanto tiempo con el bebé”. De esta forma, él sabe que estás entendiendo como se siente.
Prepárate para la agresión.
Todos los niños se sienten celosos en algún momento, pero a los dos años existe la tendencia de tomar acción ante estas emociones. No te sorprendas si tu hijo de dos años golpea o le avienta algo al bebé. Si es lo suficientemente maduro, puede hacerlo parecer un accidente.
Es difícil como padres ser testigos de este tipo de agresión, pero es normal esperar que ocurra. Por lo mismo, tienen que estar muy pendientes y tomar medidas para prevenir que lastime al bebé. Cuando te encuentres a solas con tu hijo de dos años, motívalo para que exprese sus sentimientos de celos y enojo. Dile que es natural sentirse así y que esto no significa que sea “malo”. Pero asegúrate de que entienda que no está bien que lastime al bebé, aunque él se sienta enojado y celoso. Si está siendo agresivo, detenlo de inmediato. Evita humillarlo o castigarlo físicamente. Esto no lo va ayudar a entender que su comportamiento es inapropiado y posiblemente se quiera vengar con el bebé después. Mejor explícale directamente que su comportamiento es inaceptable y posiblemente le sirva irse un tiempo fuera para calmarse y reflexionar sobre sus emociones.
Nunca dejes a tu hijo de dos años sólo con el bebé, pero evita crearle la impresión de que no confías en él. Aunque por lo general tu hijo sea cariñoso con el bebé no te confíes. Mantén objetos filosos fuera de su alcance y nunca lo dejes a cargo de la carriola.
Creando un ambiente armonioso
Trata de no crear un ambiente competitivo entre los hijos. Evita hacer comparaciones entre ellos. Como por ejemplo: “¿Por qué no puedes ser como tu hermana?” Esto puede lastimar fuertemente sus emociones. Es mejor enfatizar las cualidades únicas de cada quien: “Ale, eres buenísimo en la natación y Fer está gateando muy bien, ¿no creen?”. Cuando puedas, reconócelos juntos. Por ejemplo: “Felicidades, hoy nadie tiró su leche”.
Desmotiva que se acusen entre ellos. Cuando tu hijo va a acusar a su hermana pequeña de estar rompiendo un libro, dile que no estás interesada en escuchar de él lo que está haciendo su hermana. Si quiere decirte lo que él está haciendo, entonces eres todo oídos. Deja claro que no vas a permitir que entre ellos se quieran meter en problemas. Cada quien se tiene que responsabilizar por sus actos. Pero asegúrate de que entiendan una sola excepción a la regla: si alguien está en peligro de ser lastimado o si está lastimando a alguien, necesitas enterarte de inmediato.
Enséñale a tu hijo a resolver conflictos por sí solo. Conforme vayan creciendo, el objetivo es que vayan arreglando sus propios conflictos lo más posible. Siendo realistas, no puedes esperar esto de tu hijo de dos años. Puedes ir preparando el terreno para motivarlo a que encuentre sus propias soluciones. Si tu hijo está interfiriendo en el juego de tu bebé o viceversa, puedes sugerirle que vaya a otro cuarto para que el bebé no lo interrumpa.
La clave está en señalarle que él puede tener privilegios y habilidades que el bebé, por su madurez y movilidad limitada, no puede. Es lógico que de todas formas desee la atención que el bebé tiene, pero con el tiempo va a llegar a apreciar las ventajas de ser niño grande.