Una vida especial
En la vida hay momentos en los que es necesario hacer una pausa, reflexionar, analizar, aprender y sobre todo agradecer.
Yo soy madre de tres varones, y con la llegada de mi segundo hijo, Moisés, empecé a formar parte del grupo de las “mamás especiales”.
Mi pequeño, también es un niño especial, ya que llegó con muchas características especiales en su rostro y cuerpo, principalmente… su corazón.
En ese momento el diagnóstico era reservado, muy reservado, los médicos decían lo que en su experiencia podían, lo que los libros y estadísticas expresaban, pero no contaban con que para Moy eso no era relevante.
Fue hace 10 años ya, cuando tuve la oportunidad de compartir con ustedes, cómo había sido la llegada de mi hijo especial a mi vida y a mi familia, que también las volvió especiales, y hoy, es un enorme placer poder decir que sigo siendo mamá de tres hombres, el mayor, ya un estudiante universitario, el más pequeño iniciando su secundaria, y Moisés, quien tiene ya 16 años, y es un jovencito feliz.
Todo en su vida, por la parte médica, ha sido tratamiento paliativo, sin embargo, con esfuerzo y lucha, demostrando que cuando se quiere se puede, Moy terminó la secundaria, y actualmente estudia música, toca la guitarra y disfruta del “heavy metal”.
La familia, no sólo le ha dado amor, sino un trato normal, en el que juega y pelea con sus hermanos o también es reprendido y se le llama la atención.
Hace muchos años, en una de las ocasiones que tuvo que internarse muy delicado de salud, yo lloraba mucho, hasta que reaccioné y reflexioné que era momento de estar feliz, porque él estaba conmigo, y que ya habría tiempo de llorar después.
Cuando se es madre, la palabra amor adquiere un significado diferente, nos desbordamos, luchamos y encaramos a la vida con un sentido que sólo una mamá puede sentir.
Cuando la vida, nos da a oportunidad de ser “mamá especial”, tal vez el trabajo es más duro y difícil, pero nos premia con sabiduría para tomar decisiones, paciencia, tolerancia, amor y una fortaleza única que ni nosotras mismas conocíamos y vamos descubriendo.
En el camino se presentan obstáculos, pero también nos encontramos con ángeles y pruebas superadas, así como gratos momentos que recordar.
Moisés… un problema en su corazón… pero lo increíble es que precisamente ese corazón ha abierto el de muchas personas, y nos muestra cómo en la vida sólo hay dos cosas por hacer: vivirla al máximo y disfrutarla con plenitud, porque el presente es lo único seguro que tenemos. Aun cuando el panorama sea muy obscuro, siempre hay una luz de esperanza, y ella da la fuerza y entusiasmo para que sea del color que sea la situación, se enfrente de cara, con miedo pero sin paralizarnos, tomando decisiones acertadas o equivocadas, pero en movimiento, haciendo frente a la verdad, por dura que sea, con la información necesaria para resolver conflictos, pero disfrutando cada instante.
Gracias vida, porque soy una madre realizada, mis tres maravillosos hijos son mi motor para luchar y salir adelante. Aquí estoy y estaré siempre por y para ellos, pero pensando primero en mí, pues claro está que como yo me sienta y viva la vida será la forma en que ellos lo hagan, pues se educa más con el ejemplo que con el discurso.