Cómo hablar de dinero con los niños
Ese tema que parece de adultos: el dinero. Pero en realidad hay que abordarlo desde pequeños para que crezcan con una cultura monetaria y administrativa sana. La relación que tengamos con él en la infancia nos marca hasta la adultez y muchas veces nos vivimos en escasez por lo que aprendimos de niños.
Lo que ven
Más que los sermones que les des ellos imitarán lo que tú haces. Si eres como la Nana Fine que sólo compraba en rebajas, ¿adivina qué harán? Si cuentas cada moneda, eres tacaña o eres despilfarradora, ellos creerán que esa es la manera de tratar el dinero. ¿Qué es lo que tú quieres que ellos aprendan? También ellos observan que tú te encuentras una moneda y preguntas por el dueño o bien, te alegras y te la echas en el bolsillo sin cuestionar. Si ven que los regalos llegan a manos llenas como premios, quizá algún listillo aprenda a manipular para obtener lo que quiere.
Lo que escuchan
Lo anterior no significa que no hay que hablarles de presupuestos y gastos. Ellos deben de aprender cómo se gana el dinero, lo que hay que hacer para tenerlo y conservarlo; e, incluso, incluirlos en ciertos aspectos como presupuestos para fin de semana o cosas pequeñas que les ayuden a dimensionar el tema. También si ven que papá y mamá tienen pleitos por los ingresos, para ellos quizá el dinero sea fuente de disputa, sea un problema.
El dinero que manejan
Es muy importante que desde que entran a ir a la escuela (desde el kinder) sepan manejar su presupuesto. Si decides darles dinero para la cooperativa o domingo, hazles saber que es su responsabilidad invertirlo en lo que ellos deseen y si lo hacen en cualquier cosa, no se repondrá. ¡Y cúmplelo!
Lo que no se ve
Los niños están creciendo sin ver que papá y mamá manejan dinero real, sólo utilizan un plástico para pagar y un celular. Así que también eso debe de explicarse: realmente el dinero no crece en árboles… o en una tarjetita mágica.
El juego como recurso
Los niños aprenderán mejor si utilizan cajas registradoras y dinero “de mentiritas” cuando jueguen a la tienda. Pero que no se quede ahí, que realicen el trabajo de despachadores, acomodadores, etc., que vean que cuesta trabajo ganarlo. Más grandes podrán cocinar galletas, hacer dibujos o hasta dulces caseros para vender en la escuela, ¡que se involucren en el proceso!
Hábitos buenos
Una cosa es jugar con dinero a ver el dinero como juguete, mientras utilizan la cajita registradora en el play day; en vida real deja que él cuente las monedas para pagar en la tiendita de la esquina y aprenda a reconocerlas. Además, que sepa recibir el cambio (¡buena práctica para las restas y sumas!). Todo esto hará que entienda que el dinero es real. El ahorro, por supuesto, es un buen hábito. Así que una alcancía será perfecta y mejor si es transparente para que vean cómo se va llenando. Es importante que cuando se llene, ¡se gaste! Así valorarán tanto el esfuerzo como lo adquirido. Para los más grandes, ayúdales a saber cuánto tiempo les costará ahorrar para ese objeto de deseo, ¡motívalos para que lo logren!
Lo que heredan
Si tú tienes miedo al dinero, es probable que ellos lo tendrán. Si tú no tienes respeto por el dinero, ¿adivina qué pasará? Al dinero no hay que tenerle miedo pero tampoco hay que desdeñarlo, es una relación que hay que cuidar y vigilar porque es muy delicada. Darse gustos es básico y ellos deben de aprender eso.
A veces no se dimensiona la importancia de esta relación, ¡tú no la des por hecho!