Ultrasonidos
Ultrasonido: prueba que beneficia a mamá y al bebé
La ecografía se ha convertido en una prueba que evalúa el desarrollo del bebé durante del embarazo. Lo ideal es tener una prueba cada mes.
Comúnmente conocido como ultrasonido, el estudio puede predecir alguna anomalía que se pudiera presentar en el bebé días antes de que suceda. El especialista puede por tanto resolverlos a tiempo.
Los ginecólogos hoy utilizan esta prueba mes con mes, para dar seguimiento al buen desarrollo del bebé. Con ésta pueden evaluar las semanas reales de gestación, el tamaño del cráneo, diámetro abdominal y otros factores muy importantes en el futuro bebé. El bajo peso, por ejemplo, es un indicativo probable de algún problema como pudiera ser la hipoglucemia, dificultad respiratoria o diabetes mellitus.
Otros factores que se evalúan con el ultrasonido son la placenta y el líquido amniótico que ayudan a valorar los riñones y los nutrimentos que llegan al bebé.
¿Qué es el ultrasonido?
El ultrasonido son ondas sonoras, imperceptibles, con las que se crea una imagen del bebé y un efecto que pudiera tener es el calentamiento que se genera al efectuar la prueba. Para el bebé, el incremento de calor podría ser de 2 grados promedio, mismos que se distribuyen en el líquido que lo rodea al estarse moviendo.
¿Es seguro el ultrasonido?
Desde hace 30 años se practican los ultrasonidos y a la fecha no se han encontrado efectos nocivos en la embarazada o su bebé, causados por su práctica.
Un efecto que pudiera tener el ultrasonido es el calentamiento, debido a que una porción de la energía del ultrasonido es absorbida por la parte del cuerpo en la que se está realizando la prueba, sin embargo un médico de confianza utiliza niveles bajos de ultrasonido y períodos cortos al realizarlo y en caso de que tengas temperatura, no lo lleva a cabo, evitando posibles riesgos.
En realidad los beneficios de monitorear el embarazo con ultrasonidos es por mucho superior al poco probable daño que pudiera causar al bebé o a la futura mamá.