DE REGRESO A CLASES
Cómo prepararnos y prepararlos. Por: Rosa María Dot Bohigas, Psicóloga
Se terminan las vacaciones y con ello, la rutina del verano.
En la mayoría de las familias, las vacaciones son un momento de relajamiento: las rutinas y horarios cambian, no hay tanta prisa por llegar, el tráfico es distinto, los miembros familiares tienden a pasar más tiempo juntos y en casa. Los niños lo perciben, lo viven y lo experimentan. El estrés tiende a disminuir. La presión que la actividad diaria del colegio impone, se pausa por un momento. Cuando sentimos que, dentro de poco se va a terminar el periodo vacacional podemos empezar a sentirnos agobiados por la presión del tiempo y de la organización que ello implica.
Para transmitir a nuestros hijos tranquilidad y seguridad debemos empezar por nosotros. Recordemos que aún cuando les queramos transmitir tranquilidad, si nosotros no la tenemos, es difícil que lo logremos pues los niños perciben lo que sentimos a pesar de que con palabras digamos lo contrario.
Por ello, es indispensable que antes de que los preparemos a ellos para el inicio a clases, nosotros nos preparemos también. Es decir, estar seguros del colegio que hemos seleccionado y de qué realmente confiamos en que cuidarán bien de nuestro tesoro más preciado, es decir de nuestro hijo. Saber que estarán al pendiente de ellos como nosotros lo haríamos. Recordemos que si no estamos convencidos de lo mismo, estaremos pendientes de encontrar la equivocación para así comprobar lo que ya de antemano pensábamos. Esta ambivalencia brindará a nuestro hijo mensajes contradictorios que harán que le sea difícil adaptarse al nuevo ambiente. Por lo tanto, primero debemos estar nosotros convencidos del cambio y/o del re-ingreso de nuestro hijo al colegio, una vez que así sea podemos empezar a implementar algunos cambios sencillos que ayudarán a nuestro hijo en el proceso de adaptación al colegio, al salón y a la nueva maestra.
¿Cómo podemos ayudarlos para que se preparen?
Los niños en edad preescolar tienen un pensamiento concreto, aprenden conforme a sus sentidos y a la información que éstos le dan. Por lo que para poder explicarles los cambios que se van a dar es recomendable brindarles la información a través de explicaciones sencillas y acordes a su edad. Es importante que nuestros hijos sepan lo que va a ocurrir. La información clara y verdadera, brinda calma y da certidumbre. No tratemos de disfrazar la situación, ni les digamos mentiras que sólo les darán inseguridad. Si hay algo que no sabemos, es preferible esperar hasta tener la información adecuada para de esta forma darles información veraz.
El tiempo es un concepto abstracto y los niños no lo entienden igual que nosotros, para ellos el tiempo pasa de diferente manera, por lo que seamos precavidos en este sentido y no les anticipemos demasiado los cambios que habrá con el regreso a clases. Podemos empezar a hablar con ellos e iniciar algunos cambios en casa unos días antes de que se reinicie el ciclo escolar. La rutina de irse a la cama puede establecerse desde una semana antes del ingreso a clases. Empecemos a acostar a los niños en un horario que les permita dormir de 10 a 12 horas diarias para que al día siguiente estén descansados y puedan rendir adecuadamente en la jornada escolar que les espera. El anticipar los cambios de horario ayudará a que la rutina se establezca de manera más sencilla.
Para explicarles lo que va a suceder, platiquemos con ellos acerca de lo qué es el colegio y lo que ahí van a hacer. Los niños ya tienen alguna expectativa y se imaginan situaciones, de acuerdo a lo que ya han vivido o lo que han visto con otros niños cercanos a ellos como un hermano o un primo mayor. Ayuda mucho si primero indagamos, a través de pláticas y de juegos, lo que se imaginan y a partir de la información que ellos nos den, aclarar las dudas que tengan. Es también una oportunidad para conocer sus emociones con respecto al cambio que van a vivir. Como padres y adultos tenemos una visión del colegio que puede ser distinta a lo que nuestros hijos se imaginan. Desde nuestra perspectiva, tenemos una idea clara de lo que esperamos del colegio y del ingreso de nuestro hijo al mismo, y, en ocasiones, no nos detenemos a escuchar cuál es la expectativa que ellos tienen. Recuerda que el respetar sus emociones es una manera de ayudarle a crecer. Podemos aclararle situaciones concretas con respecto a las actividades que sucederán en el colegio, pero no debemos negar lo que ellos están sintiendo. Aprendamos a escucharlos y a redirigir las emociones hacia conductas adaptativas y proactivas. Ayudémosles a dar nombre a sus sentimientos y expectativas, de tal forma que sean entendibles y manejables para ellos.
Cuando los niños se sienten parte del cambio es más simple la implementación y adaptación al mismo. Si los involucramos en la compra de los materiales que necesitarán, se sentirán parte del proceso. En la medida de las posibilidades de los niños, se recomienda que ayuden a preparar el material que requerirán para el colegio. Muchos colegios solicitan que se lleve el material unos días antes del inicio del ciclo escolar, llevar a los niños, es una buena manera de que conozcan a la maestra y el salón de clases en el que estarán.
Son cambios sencillos que ayudan al proceso de adaptación al nuevo ciclo escolar. Recuerda que es básico primero el reconocimiento de las propias emociones con respecto a este cambio para así ayudar de manera clara y certera a nuestros hijos en este proceso. Escuchar y hablar al respecto en familia contribuye a aclarar expectativas y a brindar información clara y concisa.