Buen sueño: un lujo para mamá
Una noche de buen sueño es un lujo para la mayor parte de las nuevas mamás. Sin embargo es una necesidad que todas merecen satisfacer
No hay cosmético más efectivo, ni más barato, que el sueño, profundo y completo. Desafortunadamente, éste no siempre está al alcance de una mujer que acaba de tener un hijo. Las demandas del bebé muchas veces obligan a la mamá a interrumpir su sueño varias veces durante la noche para poder darle de comer a su hijo.
¿Qué puedes hacer como mamá con un bebé recién nacido para dormir lo suficiente?
– Trata de irte a la cama siempre a la misma hora y tan temprano como tus obligaciones diarias te lo permitan.
– No trates de compensar las interrupciones de la noche durmiendo hasta muy avanzada la mañana. Dormir en exceso te deja tan cansada y somnolienta como no dormir lo suficiente.
– Es buena idea que tomes una siesta breve (de no más de 45 minutos), durante uno de los muchos períodos en el día cuando duerme el bebé.
– Trata de conciliar el sueño cada vez que el bebé se despierte en la noche, tan pronto como acabas de atenderlo. Si es posible, no enciendas luces fuertes, sino la tenue luz de una de esas lámparas pequeñas que se ponen en los contactos. Por otra parte, no te preocupes demasiado si no logras hacerlo con la rapidez que quisieras. Simplemente tranquilízate y respira tan profunda y rítmicamente como puedas. Relajarte también te hará sentir descansada.
– Si los ronquidos de tu esposo no te permiten conciliar el sueño de inmediato, muévelo un poco, o empújalo con suavidad para hacerlo cambiar de posición, y dejará de roncar.
– Evita beber café, o alguna bebida alcohólica, antes de irte a la cama. Es buena idea beber una infusión de alguna hierba tranquilizante, como la tila o las flores de azahar, unos minutos antes de irte a la cama.
– No caigas en la trampa de pensar y sentir que no cerraste los ojos en toda la noche, sólo porque te costó un poco de trabajo volver a dormirte cada vez que despertó el bebé. Muchas mujeres pensamos por error que dormimos mucho menos de lo que realmente dormimos. Sé realista y justa contigo misma reconociendo que realmente duermes lo suficiente, cuando ése es tu caso, y la “falta de sueño” es sólo un problema imaginario.
– Si en verdad te sientes privada de sueño a causa del bebé, haz arreglos para que uno o dos días de la semana tu esposo (en sus días de descanso), o tu mamá, se hagan cargo de él, para que tú tengas ciertas noches de sueño ininterrumpido, en una habitación diferente a la que ocupa el bebé. No te sientas culpable por dejarlo algunas noches en manos de otras personas. No es falta de amor a él, sino un legítimo amor a ti misma, que serás siempre lo más valioso que tenga tu hijo. Quiérete y mímate, como una expresión más de tu amor por él.
LOS DIEZ EFECTOS DESTRUCTIVOS DE LA FALTA DE SUEÑO
Así como el buen sueño embellece, la falta de él puede provocarte todos estos efectos negativos:
- Te envejece prematuramente.
- Da una apariencia ceniza y marchita a tu piel.
- Afecta el funcionamiento de tu sistema inmunológico y te hace más vulnerable a todo tipo de infecciones.
- Te convierte en una mujer gruñona y malhumorada.
- Hace que tus ojos se vuelvan opacos.
- Reduce la vitalidad y el brillo de tu cabello.
- Reduce tus perspectivas de una larga vida.
- Afecta tu apetito, ya que la fatiga hace que comas en exceso o muy poco.
- Te expone al temible “síndrome de fatiga crónica”.
- Tu organismo no aprovecha debidamente los nutrimentos que consumes
Una noche de buen sueño es un lujo para la mayor parte de las nuevas mamás. Sin embargo es mucho más que eso: es una necesidad que todas merecen satisfacer.
Toda mujer, incluyendo la nueva mamá, tiene derecho a su sueño de descanso