!A descansar!
Noche tras noche, permaneces despierta en la cama. No sólo has contado 1,000 ovejas, sino que las tranquilizaste, hiciste estambre con la lana y tejiste un suéter…y sigues sin poder dormir.
Clínica Mayo, Revista Bebé, edición 56
Todos tenemos, en ocasiones, problemas para quedarnos o permanecer dormidos, pero a veces el insomnio es señal de un problema psicológico subyacente, como:
DEPRESIÓN. El desequilibrio de algunos compuestos químicos en el cerebro causado por la depresión puede hacer que te despierte muy temprano o te cueste trabajo dormirte.
ANGUSTIA, PREOCUPACIÓN Y ESTRESANTES COTIDIANOS. Quizá un cambio de vida o una temporada estresante fueron la causa original del insomnio y ahora se ha convertido en un problema constante, aunque la situación estresante haya pasado.
ACONDICIONAMIENTO. A medida que se prolonga la falta de sueño, uno comienza a asociar la cama con el estado alerta en lugar del sueño.
Es hora de hablar con el médico acerca de los problemas del sueño cuando:
– La falta de descanso afecta tu funcionamiento durante el día.
– Ha pasado un mes desde la última vez que dormiste bien o que lograste dormir cuando lo deseabas.
El médico puede recomendar métodos de tratamiento que se ajusten a los patrones de sueño como:
ENTRENAMIENTO DE RELAJACIÓN. Aprender a relajar la mente y el cuerpo, puede ser efectivo si estás tensa.
CONTROL DE ESTÍMULOS. Esto te enseña a asociar la cama y recámara con el sueño. Los controles de estímulos incluyen ir a la cama sólo cuando sientas sueño, salir de la recámara si no eres capaz de dormirte rápidamente y levantarte a una hora determinada, incluso si no dormiste bien.
RESTRICCIÓN DEL SUEÑO. Quizá el médico te pida que reduzcas el tiempo que permaneces en cama a un tiempo tan breve como cinco horas por noche, y que luego lo incrementes poco a poco hasta lograr la calidad y duración deseadas del sueño.
En algunos casos, es posible que el médico también sugiera un medicamento de prescripción, como pastillas para dormir o fármacos antidepresivos inductores del sueño.
Los medicamentos para dormir que se venden sin receta pueden contener un antihistamínico que te provocará somnolencia. Sólo debe hacerse uso de éstos de cuando en cuando. Verifica con el médico para evitar posibles interacciones con otros medicamentos.
Si tienes problemas para dormir, evita los compuestos químicos que interrumpen el ciclo del sueño, como tabaco, cafeína y alcohol.