Asfixia por alimentos
Los alimentos, indispensables para la vida, tienen riesgo para los niños y no son solamente fuente de microorganismos cuando están echados a perder, sino que conllevan el riesgo de asfixia. Por: Lorena Stoopen
La asfixia ocurre cuando algún objeto extraño, en este caso un producto alimenticio se atora en las vías respiratorias superiores impidiendo el paso del aire hacia los pulmones.
Aunque todos los seres humanos estamos en alguna medida expuestos al riesgo de asfixia por alimentos, los niños pequeños, en especial los menores de tres años tienen un riesgo mayor debido a factores de desarrollo (menor habilidad al masticar y tragar) y físicos (principalmente el tamaño pequeño de sus vías respiratorias superiores).
La asfixia puede ocasionar complicaciones en las vías respiratorias y cuando no se trata a tiempo trae consecuencias mayores como daño cerebral y hasta la muerte. Por esto es tan importante prevenirla.
¿Qué alimentos se consideran peligrosos?
El problema en sí no son los alimentos, sino su forma, su tamaño y en ocasiones su consistencia. Los alimentos que por su forma y tamaño se han relacionado con asfixia en niños pequeños con más frecuencia son las uvas, los cacahuates, las nueces, los huesos de cereza o sandía, las semillas de naranja o girasol, las zanahorias, las salchichas, los caramelos, las palomitas y los chicles (aunque no son propiamente un alimento).
¿Hay que evitar estos alimentos?
No necesariamente, ya que en la mayoría de los casos lo que tienen de peligroso los alimentos anteriores puede modificarse fácilmente, por ejemplo:
– Puedes cortar las salchichas y las zanahorias a lo largo en cuatro y después en pequeños trocitos, con lo que pierden su forma original que es la que se considera más peligrosa.
– Elimina los huesos de naranja y sandía antes de darlos a un niño pequeño. También existen variedades de estas frutas sin semillas que pueden tener algunas, aunque menos que las versiones normales.
– Corta las uvas en dos y hasta en cuatro pedacitos.
¿Qué más se puede hacer para reducir el riesgo de asfixia por alimentos?
– Siempre vigilar a un niño pequeño cuando esté comiendo. Recuerda que cuando las vías respiratorias están bloqueadas no se pueden emitir sonidos y no se puede gritar, llorar o pedir ayuda. Ten especial cuidado cuando no puedas estarlo viendo todo el tiempo, por ejemplo si está en una silla en la parte trasera del coche y tú estás conduciendo, no dejes de mirarlo periódicamente.
– Picar los alimentos en trocitos pequeños.
– Enséñale a tu hijo a masticar bien los alimentos y a comer con calma. No permitas que meta mucho alimento en su boca al mismo tiempo pues no podrá masticarlo y/o tragarlo adecuadamente.
– Limpia muy bien tu casa después de una fiesta, especialmente si ofreciste botanas como cacahuates o papitas. Recuerda que los niños pequeños son muy curiosos y capaces de meter a su boca cualquier objeto que encuentren y que los invitados hayan podido dejar caer accidentalmente.
– Aprende la técnica de Heimlich para ayudar a una persona menor o adulta que se está asfixiando. Tal vez nunca la uses, pero puede resultarte de gran utilidad en algún momento!