Los abuelos: la mejor opción
Contar con un abuelo es contar con un compañero de juegos, un cómplice, un amigo, un consejero y sobre todo una compañía incondicional, siempre dispuesto a demostrar su afecto o consolar cuando hace falta. Los abuelos son la mejor opción cuando nos vemos obligados a dejar a nuestros hijos al cuidado de otras personas.
Por: Natalia Fuentes
Ahora que los abuelos pasan más tiempo en casa, constituyen un gran apoyo para los padres, sobre todo para los que trabajan o en las ocasiones en que los padres se enferman o salen de viaje. Ante la ausencia de los padres, los abuelos son la mejor alternativa, ya que ellos son las personas afectivamente más cercanas al niño. Ninguna otra persona los va a querer más, así que siempre serán mejor opción que un cuidador ajeno al entorno familiar.
Antes que nada debemos dejar claro que la tarea de los abuelos no es educar a nuestros hijos. Su tarea consiste en dar cariño y apoyo a los nietos a través de la convivencia.
Los abuelos son un ejemplo de vida para ellos y pueden enriquecer su vida enormemente, pero deben tratar de mantenerse al margen de la educación, a menos que, por alguna razón, los padres lleguen a faltar. Cuando un padre regaña a su hijo, por ejemplo, el pequeño corre con sus abuelos para que lo conforten, pero lo demás corresponde a los padres, sobre todo para no entrar en conflictos.
Por eso no debes pedirles que lo regañen o le exijan. Los padres no deben agobiarse si los abuelos rompen ciertas reglas o rutinas en casa mientras estamos ausentes. Los niños aprenden a reconocer cuáles son las reglas establecidas en cada caso.
Los abuelos juegan un papel armonizador dentro del equilibrio familiar. Ellos pueden ser una guía espiritual para los hijos y los nietos debido a la enorme experiencia con que cuentan. De ahí la importancia de saber escucharlos y darles el lugar que ellos merecen. Los abuelos son un fuerte pilar emocional para los niños y les brindan además una gran seguridad. Los lazos que los abuelos van formando entre los miembros de la familia son básicos para crear una relación de convivencia, la cual nos permite lograr una sensación de pertenencia, básica en los hijos.
Antes de dejar a tu hijo con los abuelos…
Debes asegurarte de que ellos realmente quieren hacerse cargo de tu hijo por unos días y que no se sienten presionados. Si no existe una buena disposición de su parte, repercutirá en la relación con el pequeño. Recuerda que los niños son muy sensibles y perciben la actitud, positiva o negativa, de quien los cuida.
Ayúdale a tolerar la separación: es muy probable que el pequeño extrañe a sus padres y haga berrinches, especialmente en el momento de la separación. ¿Qué puedes hacer para mantenerlo tranquilo?…Puedes ir preparando su aceptación a la separación a través de un pequeño álbum fotográfico. En él debes poner fotos que vayan narrando la secuencia de lo que el niño va a vivir en los días en los que los padres estarán ausentes. Primero debes poner una foto de la familia reunida (él, papá, mamá y si hay hermanitos), luego una foto de él con los abuelos, luego una de ustedes diciendo adiós; después fotos de él haciendo sus diferentes actividades (comiendo, jugando, en su cuna, etc.) y finalmente una foto de la familia reunida de nuevo. Lo importante es que tú le enseñes el álbum varios días antes de que te vayas y conforme vean las fotos le vayas explicando cada hecho, asegurándole siempre que va s a regresar a su lado. Esto le ayudará a manejar la separación y de alguna manera le ayudará a entender la temporalidad.
No olvides hablarle con la verdad en el momento de la despedida. Lo peor que puedes hacer es aprovechar el momento en el que se él se distrae e irte sin despedirte. Eso provoca en los niños muchísima angustia ya que sienten que su mamá los abandonó. Tampoco conviene hacer una despedida larga y dramática, pero sí debes darle un beso y decirle “Adiós, ya me voy, pero acuérdate que en unos días voy a regresar contigo” e igualmente el papá se debe despedir. Hablar con la verdad les genera mucha confianza.
Es importante que él te vea ecuánime y que no te sienta angustiada, porque va a absorber esa angustia y le va a costar mucho más trabajo la separación. No olvides que lo dejas al cuidado de quién más lo quiere: sus abuelos.
Es preferible, si se puede, que los abuelos se queden en nuestra casa para que la rutina del bebé no se altere demasiado y se sienta seguro en su entorno, pero si no se puede, no olvides dejarle su objeto favorito: oso de peluche, cobijita, almohada, trapito, etc. , ya que este objeto le da seguridad, así como sus juguetes, sus canciones favoritas y todo aquello que le pueda calmar. Si usa chupón no olvides dejar varios de repuesto. Tampoco olvides dejar anotados los hábitos de tu hijo (qué come, cómo duerme, a qué horas…), así como las dosis de administración de medicinas (si las toma) y el teléfono y la dirección del pediatra, por cualquier emergencia. Indica a los abuelos dónde está cada objeto de tu casa: la ropa, los baberos, los pañales, el botiquín, etc.
Lo ideal es que el niño haya tenido hasta este momento un contacto y una relación estrecha con los abuelos, y que ya le
hayan cuidado en otras ocasiones. Si el niño los conoce y ha visto el vínculo afectivo entre sus padres y sus abuelos, se sentirá más tranquilo.
El hecho de que los niños se queden con sus abuelos unos días resulta ser una convivencia positiva para todos. Desde el nacimiento, el niño mantiene un contacto casi exclusivo con mamá, papá y los hermanos, si los tiene. De ahí que, relacionarse con otras personas de su
núcleo familiar, como los abuelos, es muy benéfico para su desarrollo afectivo. De esa forma aprende a querer a otros y a no tener miedo a separarse de sus padres.
Por otro lado, para los abuelos, asumir las tareas de cuidar un niño puede ser una convivencia muy positiva. Pasar un tiempo con niños suele ser una inyección de vitalidad que les hace recobrar el buen humor y ejercitar la paciencia, además de que cambia toda su rutina de vida y aprovechan para salir de paseo.
Así que, contar con los abuelos, es una gran ayuda para los padres y además es una experiencia muy enriquecedora para toda la familia, en especial para los niños, que recibirán mucho cariño y al mismo tiempo irán aprendiendo a desprenderse de sus padres.
Los abuelos, que son los iniciadores de la familia, son nuestra raíz más profunda. Cuando tengas que desprenderte de tus hijos por unos días y se queden al cuidado de los abuelos, no olvides que los fuertes vínculos que se establecen entre abuelos y nietos son muy importantes, ya que ellos son los mejores ofreciendo afecto, confianza y cariño. No neguemos a nuestros hijos el privilegio de convivir con sus abuelos.