Los niños sensibles
¿Cómo identificar sus emociones y sentimientos?
La sensibilidad es una cualidad que se trae desde que se nace. Quien la posee, relaciona generalmente todos los aspectos de su vida con sus sentidos y emociones. Experimenta impresiones físicas que tienen que ver con el sistema nervioso y tienen conexión con los procesos afectivos.
¿Cómo saber si un niño es o no sensible?
No es difícil reconocerlos; son niños afectuosos que les agrada el contacto personal y el cariño físico. Responden con mayor efusividad de lo esperado a las palabras y a los gestos también cuando se sienten heridos, vibran con la música y relacionan olores, colores, aromas y sabores con experiencias o momentos de su vida cotidiana.
Suelen incluir detalles poco comunes en sus dibujos, y sorprenden por la gran habilidad que tienen para percibir a las personas, pareciera que tienen un sexto sentido. Son receptivos a las expresiones de la cara, a la mirada y a la tensión de la mandíbula ,por ello son capaces de predecir lo que el otro hará o sentirá. Son empáticos con las emociones de otras personas.
De la alegría a la tristeza
Los niños sensibles se emocionan fácilmente sintiendo pena, alegría o amor ante la lectura de un cuento, mientras están viendo una película o cuando ven a un pordiosero, por ejemplo. Se entristecen profundamente ante los regaños de sus papás o maestros o cuando algún amigo les dice que ya no quiere jugar más con él.
Las necesidades de los niños sensibles
Sentirse valorados y amados. Son especialmente sensibles al cariño de sus padres y son disciplinados rápidamente porque pueden predecir su enojo. Rápidamente se conectan más con sus emociones, las reconocen y las expresan. Al mismo tiempo, al ser más empáticos suelen ser menos agresivos con otros y les es difícil defenderse, ya que cuando se sienten heridos se quedan inmóviles y les es difícil responder.
Por otro lado, se pueden poner fácilmente en el lugar del otro, lo que les es más fácil, por ello comparten y son más solidarios que el resto de los niños. Ahora bien son hipersensibles a la crítica y al juicio social. Sufren el rechazo de los demás intensamente y son capaces de predecirlo al analizar el lenguaje no verbal como la postura del cuerpo o la tensión de la mandíbula.
¿Cómo apoyar a estos niños?
Los padres podemos reforzar esta cualidad:
– Estimulando la comunicación asertiva. Mostrándoles cómo poner límites en sus relaciones sociales y decir “no quiero”.
– Enseñándoles a no dramatizar problemas para no llegar a tener tragedias por cualquier cosa, en su vida cotidiana.
– Fomentando su seguridad en sí mismos, estimulándole para que exprese sus opiniones o ideas con naturalidad.
– Incentivando el desarrollo de estrategias para defenderse.
¿Qué evitarles?
– Situaciones que no puedan manejar o excedan a sus habilidades. Si aún no han alcanzado la madurez suficiente para enfrentarse a determinadas circunstancias, verán disminuidas sus posibilidades de hacerse competente.
– Corregir sus errores en público para que no sienta avergonzado. Es importante que sienta que es valioso por su forma de ser y lo que hace.
– Reprimirle a la hora de expresar sus emociones.
– Sobreprotegerle en exceso para evitar que sufra. Las experiencias de su vida le ayudarán a desarrollar estrategias para encarar problemas en el futuro.