PADRE E HIJA
El primer hombre en su vida
Aunque no se planeé, llega una edad en la que la mamá deja de ser el personaje central en la vida de una niña. Imagínate la escena: Papá, mamá y la pequeña de 5 años bajan del auto al llegar al parque, y ella inmediatamente se toma de la mano de papá con cara de complicidad, lo jala para darle un beso y le pide que la enseñe a patinar. El papá, encantado por la atención de su pequeña, la lleva muy entusiasmado. Atrás queda la mamá, sumida en un mar de sentimientos contradictorios. Por un lado le complace ver la relación tan cariñosa que su hija y se esposo han formado, y, por otro, le dan celos quedar en un segundo plano. Es difícil interpretar el cambio que su hija presenta desde hace algunos meses…
El hecho de que surjan estas inclinaciones hacia el padre del sexo contrario y se de cierta rivalidad hacia el mismo sexo, indica que la niña ha empezado a elaborar el famoso “Complejo de Electra”. Este fenómeno se denomina “complejo” porque indica la complejidad de sentimientos que recae en las niñas de esta edad, es decir, entre los tres y los seis años, no porque sea algo raro. El que exista una devoción por el padre, al cual siente como el primer hombre en su vida, y el que se den sentimientos de competencia con la madre, provoca en la niña sentimientos de culpa. Papá y mamá son para ella las personas a las que más ama, entonces, ¿cómo admitir que sólo uno de ellos acapare su atención y sea central para ella?…ahora lo veremos.
En cuanto a los niños, esta etapa se denomina “Complejo de Edipo”, donde el niño se siente atraído a la madre.
Solamente una etapa
Esta etapa es un hecho natural en el que no hay ninguna desviación. Es un periodo que aparece a raíz del inicio de la identificación psicosexual y a la carga fantástica del pensamiento de las niñas pequeñas. Este proceso se da porque la niña ya es consciente de las diferencias y la atracción entre los sexos, y ella está buscando su lugar.
Dichas fantasías son algo pasajero y terminan por resolverse, pero para ello se debe establecer una familia equilibrada y bien constituida, donde cada uno tenga bien claro su papel. Además, la rápida maduración en la niña permite que ella asimile la realidad: papá y mamá son pareja, y ella no tiene lugar en esa relación de dos. Su papel y su lugar es otro, donde también puede amar a ambos padres y ser amada por ellos.
De esta forma, poco a poco, la niña decide dejar para después sus impulsos románticos y opta por la identificación: ella quiere transformarse en una mujer como su mamá y buscará más tarde a un hombre como su papá, con lo cual sus sentimientos se ordenan.
¿Qué hacemos cómo padres?
La correcta actuación de papá y mamá en estos momentos resulta fundamental
- Las dos partes deben tener bien estructurados sus papeles dentro de la dinámica familiar. Como pareja deben combinar la autoridad y la ternura. El papá puede ser cariñosos con la niña, y la mamá con su hijo, pero, para no estimular la fantasía infantil en exceso, no conviene ser demasiado complacientes y no deben delegar al otro su responsabilidad, cada vez que se dé una situación que requiera de mando, ya que cada uno debe ejercer la autoridad en el momento que le corresponda.
- Aunque no deben ridiculizar a su hija cuando dice que se va a casar con su papá, hay que explicarle de forma sencilla, que eso no se puede, porque papá ya está casado con mamá y debido a que se aman, nació ella. Esto le ayudará a situarse en la realidad.
- Algunas veces, los papás tienen una personalidad seductora o coqueta, y manifiestan esta forma de ser, de manera sutil, en la relación con su hija. Deben saber que la ambigüedad en los afectos y en los roles, no son nada positivos y pueden provocar confusión en la niña. Pero esto no quiere decir que no puedan disfrutar enteramente de la compañía de su hija y ser muy cariñosos con ella.
- El padre no debe caer en el juego de excluir a su esposa en la relación con su hija. De por sí la mamá se encuentra desconcertada por el idilio entre padre e hija, y además la niña se muestra antipática con ella, rechazándola muchas veces. Así que, lo que menos necesita, es que su esposo la haga a un lado. El padre debe mostrar suficiente solidez, madurez y coherencia, como para que la niña sienta un equilibrio y esté segura de que él no dejará que ella ocupe el lugar que la mamá ya tiene en el corazón del papá.
- Ambos, como pareja, deben mostrarse unidos, ser conscientes de la situación y hablar sobre ella para evitar malentendidos o malos ratos. Recuerden que los dos son una fuente de amor inagotable para su hija y de ustedes depende ir formando en ella el rol que le corresponde y que le hará convertirse en una mujer sana y segura de sí misma.