Comunicación clara en la pareja
Por: Montserrat Ferragut
Los padres deben estar de acuerdo en las metas
Tú y tu pareja deben determinar cuáles son los comportamientos de tu hijo que son deseables y cuales son indeseables. Recompensa y fortalece sus comportamientos deseables y elimina o debilita los comportamientos inaceptables evitando recompensarlos. Si como padres no hay claridad en relación a lo aceptable o no, esto puede crear confusión e inestabilidad en su hijo. Por ejemplo, Juan, un niño de cuatro años empezó a pedir las cosas utilizando una voz chiqueada. A la madre le parecía gracioso y complacía sus demandas. Por otra parte, el padre lo corregía y no satisfacía sus demandas hasta que corrigiera su expresión verbal. Juan estaba siendo recompensado por hablar chiqueado pero al mismo tiempo estaba siendo corregido y enfrentándose a un límite. Conforme pasaron los días, Juan se puso más sensible, lloraba fácilmente y comenzó a evitar al padre.
Dar una recompensa y dar una consecuencia por el mismo comportamiento a un niño, es injusto y puede causar problemas emocionales y de comportamiento.
Comunicación clara entre los padres y los hijos
Ambos, tú y tu pareja, necesitan determinar en conjunto las reglas que desean que su hijo siga. Cuando sea posible, involúcralo al crear o modificar una regla. Si él ayuda a establecer la regla, es más probable que la siga y menos probable que la resienta. Una vez que la regla se ha decidido deben de ser consistentes en aplicarla. Él necesita saber cuáles de sus comportamientos son deseables y cuáles no lo son. Evita clasificar a tu hijo como un niño bueno o malo, sino que tenga claridad en los comportamientos aceptables y los no aceptables. Siempre que se establezca una regla, tus hijos deben de conocerla lo suficiente para recordarla y poderla comunicar cuando se le pida. Por ejemplo: cuando se le pregunte, ¿Cuál es la regla de jugar luchitas? Y que puedan contestar: “Sólo se puede jugar luchitas en el cuarto de juegos”.
Cómo dar mandatos efectivos
Aprender a dar mandatos no significa que debas de empezar a gritar órdenes como sargento. Los mandatos se dan cuando quieres que deje de hacer un determinado comportamiento o comience alguna actividad y creas que si le ofreces una petición simple, la va a desobedecer. Por ejemplo: “Por favor recoge tus juguetes”, es una petición simple. “Deja de tirar la comida” o “Ven acá y cuelga el abrigo que acabas de tirar en el piso”, son mandatos.
Ofrece mandatos explícitos y claros en lugar de que sean vagos. Tu hijo te va a hacee más caso si le dices “Ven acá y coloca tus juguetes en la caja”. Es menos probable que te haga caso si tu petición es vaga, por ejemplo: “Haz algo con todos esos juguetes”.
Evita hacer una pregunta o comentarios indirectos cuando das un mandato como: “No es bonito que brinques en el sofá” o “¿Por qué estas brincando en el sofá?” Puede que conteste con una sonrisa, “Porque es muy divertido”.
Mientras el comportamiento indeseado está presente, evita dar explicaciones de la regla. Las explicaciones se dan antes de que la regla se rompa o después de que ha cesado. No es una negociación.
Por ejemplo, evita decir mientras siga brincando en el sofá “No deberías de estar brincando en el sofá, nos ha salido muy caro, se puede romper…” Sin embargo, le puedes decir, “¡Bájate del sofá!”. Una vez que haya bajado, puedes recordarle por qué es inapropiada su conducta.
Pasos para dar mandatos efectivos
- Acércate físicamente a tu hijo.
- Mantén una expresión facial seria.
- Dí su nombre.
- Busca el contacto visual y mantenlo.
- Usa un tono de voz firme.
- Utiliza un mandato claro, simple y directo.
- Si es necesario respalda tu mandato con un tiempo fuera.
Razones por las que algunos padres no disciplinan a sus hijos
Existen varias razones por las que algunos padres evitan disciplinar a sus hijos. Estos padres necesitan estar conscientes de por qué están dudosos al disciplinar y tratar de superar su resistencia a disciplinar. No puedes esperar que tu hijo cambie su comportamiento si no estás dispuesto a cambiar el tuyo. A continuación se presentan algunas razones por las que los padres pueden encontrar dificultad en cambiar su comportamiento.
- Padres desesperanzados. Estos padres sienten que su hijo es incapaz de cambiar y siempre seguirá comportándose inadecuadamente. Se dieron por vencidos.
- Padres que no confrontan. Estos padres evitan confrontar a su hijo. En realidad no están esperando que les haga caso y su hijo se da cuenta de esto. En ocasiones, estos padres tienen miedo de perder el cariño de su hijo si se le exige algo. Escuchar “Te odio”, “Eres un padre terrible” o “Me gustaría tener otros papás”, devasta completamente a estos padres y neutralizan su voluntad para disciplinar.
- Padres con poca energía. Estos padres no parecen poder mantener la energía necesaria para lidiar con un niño activo o con un comportamiento constantemente indeseable. En ocasiones hay padres solteros con un trabajo de tiempo completo o que pueden presentar poca energía al estar sufriendo una depresión temporal o crónica.
- Padres con sentimientos de culpa. Estos padres constantemente se están culpando por los problemas que presentan los hijos y se sienten especialmente culpables cuando intentan disciplinarlos. Estos padres se vuelven permisivos y pasivos.
- Padres enojados. Muchos padres se sienten muy molestos y enojados cada vez que van a disciplinar a sus hijos. Como no pueden disciplinar sin estar enojados, molestos y como consecuencia sintiéndose miserables, simplemente ignoran el comportamiento indeseable de sus hijos.
- Padres en desacuerdo. En ocasiones los padres están en desacuerdo con las reglas y al intentar disciplinar se contradicen o se descalifican enfrente del niño. Si esto está ocurriendo, continúa hablando con tu pareja en cuanto a las metas que desean para sus hijos. Cuando estén de acuerdo con las metas, platiquen y acuerden sobre el método en el que piensan implementar esta regla. A veces parientes o amigos interfieren en la disciplina. No dejen que otros los desmotiven en cuanto a lo que ya han acordado como pareja.
- Padres con problemas. Los problemas de pareja, financieros u otro tipo de situaciones difíciles de vida, en ocasiones se vuelven una carga muy pesada. Con frecuencia estos padres no tienen la suficiente energía, tiempo, o motivación para ayudar a sus hijos.
Los niños necesitan disciplina y amor
Disciplina significa enseñarles a tus hijos autocontrol y la capacidad de mejorar el comportamiento para su beneficio. Tu hijo aprende auto respeto y autocontrol a través de recibir tanto amor como disciplina de tu parte. Disciplinamos a nuestros hijos porque los queremos y deseamos que se conviertan en adultos responsables y capaces. Ser un padre efectivo y realmente ayudar a tus hijos requiere amor, conocimiento, esfuerzo, constancia, práctica y tiempo. No olvides que tu hijo necesita comunicación clara, disciplina y amor.