¡Permítele comer en la escuela!
Muchas veces puede ser una gran oportunidad para que mejore sus hábitos y su relación con los alimentos al ver a otros niños comportarse de forma más “normal”.
Cuando están en grupo y sus mamás están lejos, los niños suelen ser más fáciles en cuanto a lo que comen y pueden atreverse más fácil a probar alimentos nuevos para ellos o que en casa rechazan. Esto es especialmente cierto cuando perciben que como mamá estás constantemente preocupada por su alimentación, porque es una excelente herramienta para ellos.
Si empiezas a notar que su peso o su actitud hacia la comida mejoran a partir de que come más en la escuela, es una buena idea que revises si hay algo en tu propia actitud hacia su alimentación que consciente o inconscientemente estás proyectándole y que pueda estar ocasionando el problema en casa.