¿Antojos?
Por: Lorena Stoopen, Nutrióloga
Hasta el momento no hay evidencia concluyente de que los antojos sean la forma que utiliza tu cuerpo o tu bebé para decirte qué nutrimentos necesitan, por lo que no podemos afirmar que, cumpliendo los antojos durante el embarazo, se asegure el aporte de nutrimentos que se necesitan en determinados momentos.
Existe la propuesta de que los cambios hormonales tan importantes por los que atraviesa el cuerpo de una mujer embarazada pueden afectar la percepción de los sabores, haciendo que un alimento sepa mucho mejor de lo que sabe para la mujer cuando no está embarazada, lo que podría provocar un gran deseo de comerlo. Esta propuesta no suena tan descabellada y puede aplicarse también en el otro sentido, es decir, al suponer que los altos niveles de ciertas hormonas podrían provocar también que algunos alimentos sean desagradables al sentido del gusto de una mujer embarazada y por lo tanto se desarrolle una aversión hacia ellos mientras dura el embarazo, evento tan común como los antojos.
Para algunas mujeres, los antojos pueden también ser una respuesta emocional consciente o inconsciente. Es probable que se te antoje mucho la que era tu comida favorita de niña o algún alimento que tenga un significado especial en tu religión o en tu cultura, relacionando entonces la gran carga emocional que puede conllevar el embarazo con los alimentos que de alguna manera te reconfortan.
¿Ceder a ellos?
Si debes cumplir o no tus antojos dependerá en gran medida del tipo de cosas que se te antojan y cómo encajan estos alimentos con tu alimentación y la historia de ganancia de peso y salud, en general, durante el embarazo.
Generalmente, satisfacer tus antojos no representa un problema, especialmente cuando te ayudan a controlar la náusea y/o significan comer eso o nada. Sin embargo, hazlo con moderación, pues el comer gran cantidad de un alimento o un tipo de alimentos, puede significar que no comerás otras cosas en cantidad adecuada y esto podría resultar en una deficiencia de nutrimentos específicos.
Si tu peso está bajo control, es decir, que estás subiendo de peso conforme a lo esperado, no tienes de qué preocuparte, mientras el resto de tu alimentación esté bien equilibrada. Si empezaste tu embarazo con sobrepeso o estás subiendo de peso de forma descontrolada, controla la ingestión de alimentos que aportan muchas calorías en poco volumen, como los helados, chocolates y postres en general.
Antojos peligrosos
En algunos casos, más bien raros, los antojos de las mujeres embarazadas representan un verdadero peligro, al tener ganas desmedidas de consumir sustancias no alimenticias en un trastorno de la alimentación conocido como pica.
Entre las sustancias que pueden sentir la necesidad de comer las mujeres con pica están el hielo, bicarbonato de sodio, almidón de maíz, almidón de lavandería, talco, tierra, arcilla y tintes. También se han reportado casos de mujeres que chupan barandales de fierro o rascan la cal de las paredes para comer lo que queda atrapado en sus uñas. Es obvio que el ceder a algunos de estos antojos (como comer tintes), puede resultar extremadamente peligroso, por lo que debe de evitarse a toda costa y reportarse al médico inmediatamente si se presentan dichas “necesidades”.
El comer algunas de estas cosas como almidón de maíz o hielo no resulta peligroso, pero también debe de platicarse con el médico.
El querer consumir grandes cantidades de hielo mientras se está embarazada se ha relacionado con una deficiencia de hierro. Existe un estudio hecho en México en el que se demostró que las mujeres que consumían grandes cantidades de agua congelada durante el embarazo presentaron bajos niveles de hemoglobina al dar a luz.
En conclusión, satisface tus antojos cuando éstos tengan cabida en una alimentación equilibrada. ¡Cuida tu alimentación y disfruta tu embarazo!