¿Hablar de infertilidad?
Por: Psicóloga Edith Hernández Partida
Los motivos que desencadenan esta pregunta pueden ser varios. Pueden tener un tono de interés, amor y deseo genuino por ellos, o uno amargo de envidia y morbo según la relación que tengamos con ellos.
Cualesquiera que sean las intenciones proyectamos el ideal que tenemos fijado acerca de cómo debe de ser una familia y qué sucede si no está completa.
Cada quien emitirá un juicio sobre el deber ser basándose en su historia personal, cultura e incluso con sus propios fantasmas acerca de la maternidad y la paternidad.
Comentarios inoportunos
La mayoría de las veces no somos conscientes de los comentarios que emitimos hacia la pareja o del mensaje oculto que les trasmitimos. Mucho menos somos conscientes del daño que les causa cuando preguntamos una y otra vez por qué no tienen un bebé o por qué no lo han tenido.
Hay personas cercanas o lejanas que utilizan esta “fuente de dolor” para obtener control, manipulación o superioridad. Las parejas prefieren aislarse y dejar de asistir a fiestas o reuniones para evitar las preguntas constantes y nada prudentes o los comentarios referentes al tema. Acumulan tristeza, rabia y resentimientos con cada espina que les van dejando, a veces sin intención.
Lejos de poder ayudarlos, nos convertimos en parte del problema. Comentarios como: “para qué gastas tanto dinero si no lo vas a lograr”; “pobrecita no puedes tener hijos”; “ya mejor resígnate a la voluntad de Dios”, se convierten en piedras en su camino que les es muy difícil evadir. Estos comentarios se convierten en afirmaciones que la mujer o el hombre no cesan de escuchar en sus pensamientos y que los programan para el fracaso.
¿Cómo se puede ayudar a una pareja o qué se les puede decir ante una situación así?
Si se trata de una vecina, prima o pariente cercano como una tía o hermano, pero la relación no es estrecha y de confianza con la pareja, lo mejor es no opinar y no preguntar. Se les ayudo de mejor manera con valores como la discreción, la paciencia, la prudencia y sin hacer presión para que abran su confianza cuando aún no es su tiempo. Seguramente ellos están pasando por un trago muy amargo que les es imposible digerir como para poder contarlo a todo el mundo. Incluso se muestran a la defensiva, agresivos o con episodios de tristeza que son parte del mismo proceso.
El hecho de no preguntar y no opinar no significa caer en la indiferencia. Tal vez en algún momento, la pareja necesite una opinión, un consejo o incluso ayuda para buscar lugares de reproducción asistida.
Si la relación es estrecha con la pareja y se tiene buena comunicación, se puede preguntar si están abiertos a hablar del tema. Si su respuesta es no, hay que saber respetarla diciendo que en el momento que lo necesiten pueden contar contigo.
Si su respuesta es positiva y dan la pauta para discutir sobre el tema, es probable que sus emociones estén a flor de piel y sólo necesiten ser escuchados sin juicios, críticas, culpas y mucho menos lástima.
Cerrar la boca y abrir el corazón es la mejor opción.
Tal vez, en tu afán de protección, tienes la tentación de tratar de aminorar el dolor con frases como “No llores, tienes que ser fuerte”, “Dios sabe por qué hace las cosas”, pero seguramente en este momento no servirán de nada. Es mejor, escuchar y dejar en claro que estarás con ellos incondicionalmente. Después y con la cabeza más fría, podrás ofrecerles opciones como tratamientos médicos especializados en reproducción asistida, los médicos más reconocidos en el área o incluso los tipos de financiamiento de los que pueden apoyarse para iniciar un tratamiento.
¿Cómo hablar de Infertilidad?
Si la pareja está dispuesta a hablar del tema uno debe ser muy pacientes para cuando estén listos. Cuando conocemos a alguien que puede estar pasando por un problema de infertilidad tenemos dos caminos: herirlos “sin querer” o colocarnos en sus zapatos y preguntarnos: ¿qué pasaría si me hubiera sucedido a mí? ¿Cómo me sentiría si yo no pudiera tener hijos? ¿Cómo sería mi vida si los hijos que tengo nunca hubieran llegado? ¿Cómo reaccionaría?
Necesitamos saber que la maternidad y la paternidad son de los elementos más importantes de la vida y que cualquiera que atraviesa por un problema de infertilidad sufre una ruptura de ilusiones y deseos, se fractura la relación de pareja y muchas de las veces se pierde la autoestima de ambos. Antes de opinar, criticar o enjuiciar, habrá que pensar en la responsabilidad que tenemos al momento de hacerlo y estar al tanto de aquello que decimos con palabras o con gestos, porque la mayoría de las veces con buena o mala intención se dejan huellas imborrables en la pareja.
Dos de cada 10 parejas sufren de infertilidad hoy en México, la sensibilidad con que podamos acercarnos a quienes atraviesan por un problema de tal magnitud depende de ponernos en su lugar y que les damos el respeto y la dignidad que se merecen.
Existen frases que nunca deben verbalizarse como: ¿Y para cuándo los hijos?” “¿Y por qué no tienen hijos ya?” “Ya estás muy grande” “Se te están pasando los años” “Quiero un nieto y no me lo dan”, “Resígnate a la voluntad de Dios”, “Cuando quieran un hijo ya no van a poder”, “No saliste tan hombre como pensábamos”, ”Tienes balas de salva”.
Mayor información: Apoyo emocional Ingenes (Instituto de Infertilidad y Genética)
Tel. 2789-9800 www.ingenes.com