A la escuela… angustia y apego
Por: Mónica Medrano Limón
Todas las mañanas en la puerta de entrada de la escuela podemos observar diferentes formas de despedirse entre padres e hijos.
Algunos sólo dicen adiós, otros dan un beso a su papá o mamá, e incluso podemos ver cómo un niño es persignado, aunque algunas veces, es la manita del pequeño quien marca la frente a su progenitor.
Esas mañanas frías y húmedas en que la tranquilidad de mamá se manifiesta cuando se ve entre chamarras, gorros y bufandas, unos ojos inquietos por iniciar un nuevo día, y, sobre todo, por entrar al salón y quitarse todo lo que mamá le hizo poner.
La escuela: un parámetro
No siempre la dinámica es tan amable, ya que, para algunos padres o pequeños, el separarse por un tiempo les genera angustia, inseguridad y dificultad por el gran apego que existe.
En ocasiones, quien sufre más por esta separación es mamá, quien comienza a experimentar su “nido vacío”, y le da una cantidad innumerable de recomendaciones desde la salida de casa hasta la escuela a su pequeño.
Pareciera que la mamá le dice a su hijo, entre líneas, “sólo a mi lado y en mi presencia estás protegido”, “yo escogí tu escuela… pero cuídate”.
Mamá, papá… haz una pausa y reflexiona: tu hijo no debe ser tu proyecto de vida.
Recuerda que tú eres responsable de formar a esa persona, que no es tan importante lo que le dices sino cómo se lo dices. Es necesario que fomentes su seguridad, autoestima y estructura desde tan corta edad.
¡Aprovecha ese tiempo!
Es momento de ser una mamá más feliz, tendrás más tiempo para ti, para organizar tus días, tus actividades, crear una mejor versión de ti, a la que tu hijo pueda admirar y de quien sentirse orgulloso.
Es la gran oportunidad de convertirte en mejor persona, es natural sentir miedo y dolor ante algunos cambios, pero tanto tu hijo como tú deben aceptar que crecer a veces duele.
Si logras construirte como una mejor persona podrás enseñarles a tus hijos a estar sin sus padres, que tomen sus propias decisiones, que vivan las consecuencias de las mismas, es decir, habilitarlos para la vida.
Dile y demuéstrale que confías en él, que esperas que se divierta y aprenda mucho en la escuela, y que el mundo es un lugar hermoso.
Actualmente se ha hablado mucho de que el cordón umbilical es muy elástico, y el apego a los hijos algo constantemente presente, pero no olvides que el desapego nada tiene que ver con el amor, ya que precisamente, lograrlo, es una clara expresión de tan bello sentimiento.
Valora que tienes a tus hijos, modula tus emociones y exprésales cuánto te amas y los amas, así como el que es un honor acompañarlos cada día a la escuela para que tanto ellos como tú realicen sus actividades propias, que les hará crecer y ser mejores seres humanos para la familia, para el país y para nuestro planeta.