Terapia de pareja
Una opción que puede salvar tu relación. No esperes a que la relación esté casi perdida para hacer algo al respecto. ¡Resuélvelo ahora!, si quieres conservar a tu pareja. Por Rosamaría Hernández
Con la llegada del primer hijo, la vida familiar se inaugura formalmente ante los ojos de la sociedad. Los nuevos padres asumen este rol, tal vez sin mucha conciencia y dejan atrás los tiempos en los que convivían en pareja y sólo se tenían el uno para el otro. A veces incluso la llegada de los hijos sucede tan pronto, que la pareja no ha convivido lo suficiente. Este gran cambio trae consigo un torrente de emociones y sensaciones nuevas, muchas de ellas contradictorias, pues el papel de la mujer como madre se vuelve el protagónico de la película, mientras que el de esposa y compañera pasa a segundo plano, en tanto el hijo se vuelve más independiente y mientras la pareja se acomoda a esta nueva circunstancia. En algunos casos, los hombres, sin razonarlo, experimentan una sensación de abandono por parte de su compañera. No pueden entender en toda su dimensión lo que sucede o no estaban preparados para esta nueva etapa. Lo cierto es que la llegada de los hijos suele trastornar la dinámica de pareja en todos los planos: emocional, sexual, económico, social e individual. Entre un sinfín de cambios, podemos encontrar que hay nuevas responsabilidades económicas y tal vez la pareja haya decidido que mientras el bebé crece, la esposa deje de trabajar y se dedique a cuidarlo; la intimidad disminuye pues en la habitación de la pareja hay un bebé que requiere atención de tiempo completo y que, además, provoca desvelos y cansancio.
Pareja y sociedad en crisis
Aunado a lo anterior, en nuestra sociedad hay la certeza de que la relación de pareja está en crisis. Es evidente que estos vínculos están evolucionando y que el matrimonio como institución social está cambiando. Factores sociales como la incorporación de la mujer al mercado laboral o el control de la natalidad y el resultado de una igualdad creciente entre los hombres y las mujeres, han influido profundamente en las relaciones de pareja. Otros fenómenos agudizan el cambio, como el trabajo precario y las jornadas extenuantes, entre otros aspectos, ya que retrasan la formación de la pareja y la edad en la que se tienen los hijos: ello dificulta la comunicación y la construcción de la intimidad.
Las señales de alarma
Muchas parejas parecen no superar sus múltiples contradicciones y empiezan a vivir todo tipo de conflictos: ella no se siente, ni se mira en el espejo “como antes”, mientras él se siente presionado y cansado. Ella piensa que su marido ha perdido el interés en el sexo y se siente devaluada. Él se siente inhibido. Ambos saben que no se comunican lo suficiente, él tiene el poder económico y ella ha dejado de trabajar… y su relación se va descomponiendo poco a poco, a veces de manera imperceptible. En estas condiciones la tensión aumenta, la monotonía se apodera de la dinámica familiar y de pronto, no se ven salidas, ¡es hora de poner manos a la obra!, ¡es hora de salvar la relación y de darle un nuevo impulso acudiendo a terapia de pareja!
El doctor Alejandro Arribas Sánchez, en su artículo “La comunicación en la pareja”, publicado por la Revista de la Salud Mental del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, asegura que “la mayoría de los problemas en una pareja tienen como punto de inicio una mala comunicación. La dificultad, por tanto, estriba en hacerlo de manera adecuada.”
Para salir del bache
Para Olga Elena Rodríguez, psicoterapeuta familiar, las parejas pueden ir a terapia cuando no hay comunicación posible, cuando no hay vida sexual ni motivación para propiciar la intimidad y aún cuando hay infidelidad, pero por lo general se acude cuando los dos han intentado por su cuenta resolver las diferencias y no pueden salir adelante y no arreglan nada, vuelta a lo mismo. Olga Elena Rodríguez agrega que “las terapias de pareja tienen éxito cuando los dos están dispuestos a reconstruir su relación, su intimidad y su comunicación, es decir, cuando quieren resolver los conflictos y no quieren perder a su pareja. Si no es así, la terapia de pareja sirve también para separarse en las mejores condiciones posibles, pues la terapia no tiene como único objetivo mantener la relación a cualquier precio, porque hay relaciones que, de continuar, ponen en riesgo la integridad física y emocional de uno o ambos integrantes.”
Según los especialistas, acudir a terapia es la mejor opción para recuperar la estabilidad emocional, en lo individual y de pareja, sin embargo, las personas acuden a terapia como el último recurso, cuando la situación los ha rebasado. Por otro lado, a los hombres les cuesta mucho trabajo aceptar este apoyo. Las mujeres tienen más habilidad para compartir sus sentimientos y emociones y también para pedir ayuda. Pero, una vez iniciada la terapia, al romperse las primeras barreras, el hombre se muestra tan interesado como la mujer. Vale la pena intentarlo.